Roberto Arias

Para el crimen que se realiza en contra de la naturaleza y en contra de la humanidad con los incendios provocados en la Reserva de la Biosfera Maya en Petén y en otras partes de la República de Guatemala, realmente no existe una palabra en los lenguajes humanos para poderlo calificar. Quienes originan esos desastres macroscópicos deben ser acusados de crímenes de lesa humanidad y exigir que les caiga todo el peso de la ley por los múltiples, variados y monstruosos desastres que causan.

Hay muchas versiones sobre cuáles son los intereses de los malnacidos que realizan estas abominables acciones en contra de la Madre Tierra y de la humanidad entera. Se dice que son los narcotraficantes para abrir pistas constantemente y mantener confundidas a las autoridades, aún se preguntan algunos ¿A cuáles autoridades?

Se sabe también que el objetivo es la tumba y quema, con el fin de abrir nuevos campos para siembra; especialmente para sembrar palma y otros monocultivos que ahora dieron las “Asociaciones” en anunciar en los diarios como monocultivos “sustentables”, palabrita que ahora medio mundo utiliza sin que el público conozca cuál es el profundo significado de la “sustentabilidad”, pero quienes leen los anuncios se tragan la palabrita como “algo bueno” y, asunto sin novedad.

Sigue la siembra, cosecha y exportación mientras se roban los ríos dejando poblaciones enteras sin ese recurso para su sobrevivencia; sustraen la biodiversidad; arruinan totalmente la tierra que aún no es apta para tales menesteres (Teóricamente un centímetro de tierra tarda cien años en formase del humus) y Petén es una tierra aún no apta para siembra. Es muy joven, particularmente en la Reserva de la Biosfera Maya.

Se quema también para sembrar zacate y meter ganado de engorde, lo cual, también, en pocos años acaba con la tierra convirtiéndola en inservible por su desertificación. El zacate es un monocultivo que sustrae el hábitat de la multiplicidad de fauna, de la que aún queda en ese rico departamento.

En el área de nororiente, lo han hecho a través de los años, para tener el pretexto “legal” de talar los bosques cuyos árboles fueron quemados únicamente en su corteza, pero aprovechable la madera casi en un 100%, en quién sabe cuántos miles de pies tablares. Generalmente en este sector de la República de Guatemala hablamos mayormente de bosques de pino, normalmente en la Sierra de las Minas.

Desgraciadamente, el área de la Reserva de la Biosfera Maya, cuyas colindancias son México y Belice, es anual y tradicionalmente atacada por agentes incendiarios o piromaníacos y no vemos una sola acción eficaz y eficiente de efectivos del Ejército de Guatemala para prevenir estos ataques a la soberanía. Son ellos quienes deberían velar y defender la Soberanía Nacional y, la historia nos demuestra la enorme reducción del Territorio Nacional debido a la histórica inseguridad soberana.

Aun así, pidieron Q50 millones para “componer” tres helicópteros que tienen descompuestos.

¡El pueblo aguanta y qué!

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