Lucrecia de Palomo
Resulta impensable que hoy, con todo lo que ha sucedido con los corruptos y cómo se ha destapado la olla de grillos, en algunos Ministerios, funcionarios quisieran hacer intentos de sacarle raja al puesto. Por años nos quedamos callados ante las denuncias internas de corrupción en los distintos organismos del Estado; se conocían los hechos por cuchicheos de corredores, pero no se concretaba. Era un silencio cómplice o frustrado porque a la larga se sabía que poco o nada harían los entes fiscalizadores con los ladrones. Poco a poco esto está cambiando y la esperanza renace en nuestros corazones, y es por ello que haré público uno de esos murmullos que navegan por el antiguo Instituto Tecún Umán de la Avenida la Reforma y me llegaron al correo electrónico.
Me dicen “De acuerdo a fuentes allegadas al Viceministerio Administrativo del Ministerio de Educación ha resultado difícil nombrar a la junta de licitación para las próximas compras de 241mil 945 bolsas de útiles para el nivel de primaria en área urbana y rural, licitación L-012/MINEDUC, y 80 mil 648 bolsas para el nivel de pre-primaria por medio de la licitación L-014/MINEDUCA. Esta será la compra centralizada de útiles escolares más grande en muchos años.” Aunque no se le quiera poner escucha, varias situaciones llaman mucho la atención, la primera es el hecho de la centralización de las compras, en el Mineduc ya las compras se hacían en forma descentralizada, eran las Direcciones Departamentales, y aun se llegó a que fueran las Juntas Escolares las que decidieran el tipo de producto a comprar, esto pues según la región o sector así son las necesidades y lo manda la ley.
De confirmarse esta la centralización se regresa a las viejas prácticas de un solo proveedor para toda la República, pero como me indica el mensaje recibido “a pesar de la insistencia del Contralor General de Cuentas, en que los ministerios utilicen la modalidad de subasta inversa, el Ministerio de Educación optó por la modalidad de licitación, utilizando una norma de ponderación que permite que las empresas de un mismo grupo oferten en los dos extremos de varios factores (precio y tiempo de entrega, por ejemplo) para diluir el puntaje de otros competidores de modo que se pueda privilegiar los montos más altos porque claro está, la compra de voluntades tiene que verse reflejada en la oferta económica.”
Llama también mucho la atención en estas licitaciones (que en su totalidad, al finalizar las compras sumarán más de 100 millones de quetzales) algunos truquitos que deben ser investigados por las instituciones fiscalizadoras, como lo son el verificar si no, es de nuevo, es una fiesta de compadre hablado, donde se diseña una oferta con nombre y apellido. Se menciona esto porque suscita duda el tamaño solicitado para los cuadernos, con medidas específicas diferentes a las regulares que se encuentran en el mercado y por ende solo lo tendrán las empresas asignadas.
Cuesta pensar que se quiera regresar a tácticas de corrupción pasadas, cuando la población ya exigió cárcel para los hechores, pero como se han visto muertos acarrear basura, lo mejor será que para limpiar el nombre de los actuales funcionarios y establecer la verdad, se hicieran las investigaciones necesarias y luego hacerlas públicas, tanto con los resultados de las compras que el Ministerio de Educación hizo en la alimentación –también centralizada- como la que se pretende en los útiles, gratuidad y bolsa didáctica. No hay nada mejor para la transparencia que una sana respuesta a dudas que podrían ser infundadas. Por ello presentamos esta denuncia ante la Contraloría General de Cuentas y el Ministerio Público para que tomen cartas en el asunto de las compras que el Ministerio de Educación está llevando a cabo e investiguen a profundidad, porque son muchos millones que a los niños de las escuelas no les sobra.