Francisco Cáceres Barrios
caceresfra@gmail.com

En esta época en que las “buenas” noticias son tan escasas, me alegró enterarme que en reciente discurso el presidente Jimmy Morales haya dicho que hace algunos días, en una reunión sostenida en Casa Presidencial, se había planteado la posibilidad con el CACIF de fijar una meta para crear un millón de empleos. Asimismo, en un foro recientemente celebrado, el Presidente les invitó a seguir adelante y que si les parecía correcto, hicieran realidad tan ambiciosa idea. Dicha incitación incluyó que para llevar a cabo la propuesta los empresarios tenían la “fórmula mágica” por ser sus creadores y por consiguiente de empleos pero, que yo sepa, la realidad es que nadie es dueño de tal fórmula, sin embargo, el solo hablar del tema me parece motivante para quienes andan tan necesitados de consolidar su esperanza de encontrar el tan ansiado empleo a corto plazo.

Podríamos en este comentario describir el largo listado de características, condiciones, leyes y pasos a seguir para crear ese millón de empleos, pero siendo el espacio insuficiente, nos limitamos a enunciar los principios básicos que se requieren, con especial énfasis en crear el mejor clima de condiciones favorables para alcanzar tan caro anhelo, empezando porque la administración pública debe ser lo más eficiente posible, honesta y cumplida, porque bien sabemos todos que actualmente el solo desarrollar la construcción para montar sus instalaciones se requiere de un largo y tortuoso tiempo, sin contar con los cada vez más entrampados trámites para lograr autorización, registro e inscripción de patentes para nuevos productos.

Algo de suma importancia es que el actual gobierno debe tener muy en cuenta que todavía seguimos en Guatemala sin contar con una plena certeza jurídica, al punto que sobran ejemplos para demostrar que varias empresas ya constituidas, montadas y en completo funcionamiento han sido suspendidas o detenidas sus operaciones indefinidamente con los perjuicios consiguientes. Sabido es por todos que no es con cáscaras de huevo como se logra la creación de nuevas empresas para llegar a ser lo suficientemente sólidas y perdurables, como que requieran de suficiente mano de obra. Hay que contar entonces con el indispensable recurso financiero y este no se logra si a la entidad que lo facilita no se le demuestra un porvenir venturoso, como que las condiciones de la fuerza laboral que lo sacará avante no son lo suficientemente favorables para lograr su desarrollo y para ello, también se requiere de una mayor flexibilidad de condiciones, las que hoy no existen. Si se analiza a fondo, nada de lo antes expresado es magia y sí requiere de mucha buena voluntad y trabajo duro para hacerlo.

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