Roberto Arias

Con la intención de dar a conocer a los lectores del Diario La Hora sobre la verdadera fragilidad de una selva o de un bosque lluvioso como el de Petén o del Mato Grosso en Brasil, este último cientos de veces más extenso que Petén (357,125 kilómetros cuadrados, cerca del tamaño de Alemania), es pertinente dar a conocer qué es un ecosistema, cómo es su comportamiento social y cómo se alimenta. Todo esto de una manera simplificada para su fácil comprensión.

No debemos olvidar algo elemental y es que la palabra del griego Bio, significa ‘vida u organismo vivo’. Se le denomina Ecosistema a la biocenosis o, al conjunto de organismos vivos que se relacionan entre sí en función del medio físico adecuado en el que se desarrollan (biotopo).

El concepto de ecosistema procede del inglés ecosystem, y fue acuñado por el botánico Arthur Roy Clapham en la década de 1930. Se forma con el prefijo eco-, que proviene del griego (oíkos), que significa ‘casa’, entendido en este contexto como ‘entorno’ o ‘lugar en el que se desarrolla la vida’, y la palabra sistema.

El ecosistema es un sistema formado por una comunidad natural que se estructura con los componentes bióticos (seres vivos) del ecosistema, y los componentes abióticos (el ambiente físico). El concepto, que empezó a desarrollarse entre 1920 y 1930, tiene en cuenta las complejas interacciones entre los organismos por ejemplo plantas, animales, bacterias, algas, protistas y hongos (entre otros) que forman la comunidad (biocenosis) y los flujos de energía y materiales que la atraviesan.

Podemos aseverar que los árboles son plantas que protegen a toda la variedad de seres vivos que se alojan, permanecen y conviven dentro del ecosistema y, estos seres vivos interaccionan con las plantas (árboles) con la finalidad de sostener su permanencia dentro del sistema. Es decir, es una retroalimentación perfecta que mantiene un equilibrio que, si se altera por la dañina acción del ser humano, pierde su equilibrio y se acaba. Cuando ese equilibrio se altera por causas naturales, generalmente el ecosistema se regenera por sí mismo porque el daño es menor.

La deforestación masiva la realizan manos criminales en Petén por medio de incendios forestales, la tala de madera, el saqueo de sitios arqueológicos, la ganadería, las invasiones, la agricultura, el tráfico de fauna y flora, el trasiego de indocumentados, la compra-venta ilegal de tierras y el narcotráfico que construye pistas clandestinas para el aterrizaje de avionetas que transportan la droga y/o el dinero ilícito.

Desgraciadamente, sabemos que autoridades de diferentes sectores gubernamentales están incrustadas autorizando ilegalmente esas acciones y/o viendo para otro lado, por coimas, mientras los ilícitos ocurren en sus narices.

¿Cómo podremos lo guatemaltecos erradicar la corrupción si lo ilícito mueve millones de dólares en gratificaciones o mordidas, como les llamamos en Guatemala?

Veamos a Pérez Molina y a la Baldetti, como ejemplos clásicos vigentes de la voraz e insaciable mafia chapina.

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