Francisco Cáceres Barrios
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La frase bíblica con que inicio este comentario cae como anillo al dedo para demostrar una vez más que dada la fragilidad humana no debe haber descuidos que favorezcan o propicien los delitos, ni dar facilidades para que se cometan, como también la frase expresada por el Intendente de Aduanas de la SAT, Werner Florencio Ovalle, cuando dijo: «Combatir las mafias es el objetivo» para referirse a que si se quieren incrementar los ingresos fiscales y combatir eficazmente la defraudación y evasión de impuestos, hay que entrarle al fondo de las causas que permitan acabar con ellas, puesto que a todos consta que el contrabando o la importación de productos sin que paguen los impuestos que las leyes determinan, no solo es causa de la falta de recursos del Estado, sino el que en nuestro país el pícaro, largo o más listo, como usted prefiera llamarlo, siga siendo el que resulta ganador.
Repito una vez más que las cifras no mienten. Prudentemente se estiman Q17 mil 275 millones, los que cada año el fisco deja de percibir por el contrabando y la defraudación, como que es la causa fundamental que la SAT no logre alcanzar las metas establecidas a través de muchos años de historia fiscal en nuestro país. Y todo, porque es un secreto a voces que en las aduanas a través del tiempo se enquistó una o más mafias que se apoderaron de las instalaciones, equipo, procesos y del personal que en ellas labora. El que llega con buenas intenciones se cambia si no, al poco tiempo estará de patitas en la calle, rumbo al hospital o al cementerio.
Y si lo anterior le parece al estimado lector dramático y molesto reconocerlo en un medio de comunicación social, ¿qué opinión podrá entonces merecerle el hecho de que existan más de 128 cruces fronterizos vehiculares y 11 fluviales que no son controlados por ninguna autoridad del Estado? ¿Qué podrá parecerle que el hábito más común en el ambiente hacendario es el subvaluar las cantidades o los precios de las mercancías para evadir o reducir considerablemente el pago de los impuestos? Pero lo importante no está en mencionar o señalar las principales causas de que el fisco no perciba lo que en verdad le corresponde, sino en trazar la estrategia más adecuada para implementar los métodos, procedimientos y sistemas que los mejore o supere y por qué no decirlo tal cual es, cuando todos bien sabemos que lo más importante es tener los pantalones bien puestos para implementarlos. Dícese que en la presente semana se va a presentar la política a seguir de ahora en adelante. Expectantes seguiremos estando.