Roberto Arias

Tal y como fue anunciado en la columna anterior, este espacio lo he cedido a la licenciada Lucia Bonato, con el fin de que ella explique su visión educativa en Guatemala y la labor que ella realiza:

La educación no es un privilegio sino un derecho. ¿Qué entendemos por educación? Cierto no es la simple transferencia de informaciones o datos que se puede lograr con medios tradicionales o ultramodernos.

Enseñar y educar son acciones complementarias, ambas necesarias al crecimiento de la persona. Educar es proporcionar instrumentos para el desarrollo en autonomía, es estimular la curiosidad por el conocimiento; luego la enseñanza puede satisfacer esta curiosidad proporcionando contenidos que cada uno elabora. Así se va estructurando y alimentando la personalidad. Es un proceso que nos acompaña durante toda la vida, sin embargo los primeros años son fundamentales para la formación de patrones mentales que condicionarán y guiarán nuestra relación con el mundo. Este es el momento decisivo para aprender a utilizar el pensamiento en vez de abandonarse a la acción por impulso. Sin embargo, para que la práctica educativa sea eficaz, la formación adecuada y la motivación de los maestros son una prioridad.

Lastimosamente la profesión del docente no goza de un amplio prestigio social, no se apoya sobre una buena formación cultural y metodológica, es mal retribuida y casi totalmente feminizada. Además, frecuentemente la educación se limita al estudio finalizado al conseguimiento de un título que garantice dinero y posición social. Pues allí todo se termina, los libros desaparecen del escritorio, lo económico prevale sobre lo cultural, el tener sobre el ser.

Mi trabajo en la Universidad de San Carlos durante cuatro años me dio la oportunidad de discutir estos temas con mis estudiantes con quienes, algunos años después, decidimos fundar la Scuola Italiana Luigi Pirandello, intitulada al escritor italiano premio Nobel de Literatura. Nuestro objetivo es ofrecer una alta calidad pedagógica a un público que está lejos de la pobreza como de la riqueza, y por ende demasiado lejos de la atención general; una clase media que queremos aprenda con nosotros que la educación no es sólo alfabetización, ni es prioritariamente un trampolín para enriquecerse rápidamente; es la fuente de herramientas esenciales para el desarrollo del pensamiento lógico y crítico, la capacidad de comprender, de confrontar, de elegir, de expresar; es el fomento de la creatividad y también de valores que no sean meramente materiales. En la Pirandello nos inspiramos en el método metacognitivo Bright Start que aprendimos en formación pedagógica en Torino: los maestros no proporcionan respuestas, sino hacen las buenas preguntas para que el niño aprenda a aprender de sí mismo, explore su mundo y controle sus reacciones. Aunque no sea fácil para nuestro pequeño tamaño, ofrecemos becas para que las dificultades económicas, a veces repentinas y temporáneas, no anulen el derecho a la calidad educativa.

Esta es la educación como nosotros la entendemos.

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