Factor Méndez Doninelli

La trata de personas, con distintos fines, es un fenómeno global que se extiende por todo el planeta mediante sofisticadas redes del crimen organizado transnacional, Guatemala no es la excepción Por la dimensión planetaria del problema la Organización de las Naciones Unidas ONU, aprobó la Agenda 2030 que incluye entre sus objetivos el combate a la trata de personas para lograr un desarrollo sostenible. Como se sabe, la trata de personas es considerada como esclavitud moderna o “esclavitud del Siglo XXI.”

Esta forma perversa de sometimiento de las personas, es un fenómeno que trasciende fronteras y que evidencia el irrespeto a los Derechos Humanos, particularmente en países en los cuales la debilidad estatal otorga condiciones favorables para la operación de redes criminales que fomentan este fenómeno.

El informe 2016 de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), revela que, “la trata de personas con fines de explotación sexual y trabajos forzados continúan siendo las modalidades más detectadas de este delito. Sin embargo, existen también víctimas de trata de personas con fines de mendicidad, matrimonios forzados o fraudulentos, y pornografía.”

El informe sostiene que los más vulnerables, son quienes huyen de guerras y persecuciones por razones políticas, ideológicas, religiosas o raciales, ocurridas en sus países de origen. También, reconoce que en muchas Naciones se han logrado avances preventivos por los programas que la ONU aplica en conjunto con los Gobiernos para combatir y erradicar la trata de personas.

La trata de personas se entiende como: “La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza, el engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.”

La regulación internacional respecto a la trata, está establecida en el Protocolo para prevenir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niñas, conocido también como “Protocolo de Palermo”, vigente desde el 25 de diciembre de 2003. Este instrumento internacional identifica algunas de las figuras delictivas más comunes, siendo las siguientes: Niños soldados, mendicidad forzosa, explotación sexual, matrimonio forzado, compra venta de niñas, niños y adolescentes, trabajos forzosos y tráfico de órganos.

En relación a las víctimas de trata, el informe de UNODC proporciona datos sólidos, por ejemplo, a nivel mundial 71% son mujeres y niñas, utilizadas para matrimonio forzado y explotación sexual. 1/3 del total de víctimas son menores de edad, niñas y niños. Entre 2012 y 2014 se detectaron más de 500 rutas diferentes de tráfico. Los hombres y niños, son obligados a trabajos forzados para servir en la minería, o como maleteros, soldados o esclavos.

En ciudad Guatemala, unos 15 mil niños, niñas y adolescentes son explotados sexualmente, mientras, la UNODC, calcula que por cada víctima rescatada treinta más son explotadas, privadas de libertad, sometidas a abusos y explotación. La violencia sexual es frecuente en los hogares, donde el padre, padrastro o parientes cercanos violan a niños o niñas. En Guatemala, una causa que explica la trata es la cultura patriarcal y machista.

Artículo anteriorMaestros de alumnos que protestaron rinden declaración
Artículo siguienteEl antejuicio protege la impunidad de los políticos, en el poder