Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Estamos por conmemorar el Día Internacional del Trabajo, homenaje a los llamados Mártires de Chicago, en Estados Unidos, que en 1886 llevaron a cabo una serie de reclamos con el objetivo de obtener mejores condiciones laborales.

Han pasado más de cien años desde aquellos días en los que se dio paso al reconocimiento de ocho horas de trabajo diario y a una serie de conquistas laborales a nivel mundial.

En el caso de Guatemala, las conquistas sociales permitieron la creación del Código de Trabajo mediante el cual se establecieron de disposiciones legales para garantizar condiciones dignas de empleo a esos millones de los hombres y mujeres que con el sudor de su frente llevan el pan diario a sus familias.

Para garantizar mejores condiciones laborales, un equilibrio en la relación entre patrono y trabajador, los gobiernos deben generar políticas que permitan garantizar mejores condiciones de vida del trabajador, así como mejorar su situación económica y social, sin afectar el desarrollo empresarial.

Si bien han existido mejoras, esas conquistas se han estancado, los trabajadores no han mejorado sus condiciones de empleo. Conscientes de ello, en el gobierno del presidente Alfonso Portillo, del cual fui Vicepresidente de la República, establecimos como política el incrementar, año con año, el salario mínimo en no menos de un 15% anual e incrementamos la bonificación salarial mensual de Q75 a Q250, estableciendo una remuneración adicional a los sueldos y salarios que les permitiera a los trabajadores complementar la satisfacción de sus necesidades.

El Presidente de la República, Jimmy Morales, hace más de un año, ofreció, como parte de sus promesas de campaña que generaría esas condiciones para garantizar el acceso a un trabajo digno.

Han pasado 15 meses de absoluta pérdida para el sector laboral de Guatemala, sus dirigentes sindicales más se preocupan de los puestos que por ley pueden ocupar, como es el caso de la junta directiva del IGSS, o de los viajes anuales a Ginebra, pero resultados que puedan decirse valen la pena no se han dado y los hace tan culpables a ellos como al Ejecutivo.

Los empleadores continuarán buscando su bien particular, de una u otra forma, por ello es que la canasta básica alimenticia en Guatemala ha aumentado todos los años y todos los meses.

La señora Ministra de Trabajo, Leticia Teleguario, tristemente ha perdido una oportunidad de oro, tanto en lo individual como en lo social, se ha dedicado a viajar y viajar, a conversar sobre los temas laborales, sin embargo, salario digno en Guatemala no existe y oportunidades de trabajo mucho menos, de ahí la inmigración de mujeres, niños y varones hacia los Estados Unidos, donde obtienen, aún con todos los peligros, un ingreso que les permita comer y ayudar a su familia que se queda en Guatemala.

Señor Presidente, señor Vicepresidente, gobernar es decidir, gobernar es velar por el bien de las mayorías, gobernar es crear salarios justos, oportunidades de trabajo y no dedicarse a reuniones infructuosas en Guatemala o en el extranjero.

La peor injusticia que se puede cometer es no contar con políticas claras en materia de empleo, que el salario mínimo se siga deteriorando y que no se incremente la bonificación salarial.
¡Guatemala es primero!

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