Ayer se conoció la importante inclusión de la fiscal general, Thelma Aldana, dentro de las 100 personas más influyentes en el mundo por su trabajo en la lucha contra la corrupción que ha llevado en Guatemala a la cabeza del Ministerio Público.
Es importante hacer notar que nos debiera dar un poco de tristeza ver que en otros lugares en donde se sabe cómo se debe de vivir en una sociedad de principios, generadora de oportunidades y comprometida con sus ciudadanos, se reconocen este tipo de esfuerzos mientras aquí se mantienen bajo el ataque, la crítica y campañas de desprestigio para intentar detener la batalla contra la impunidad garante de privilegios a los grupos de poder tradicional.
Los ciudadanos debemos sumarnos al reconocimiento. Habrá quienes no estén de acuerdo con los procedimientos, casos y situaciones que se han dado en Guatemala. La verdad es que somos un país cuyo sistema está diseñado de manera tan maliciosa que simplemente hacer un buen trabajo, con integridad, honradez y determinación, termina siendo excepcional por el esfuerzo que significa luchar contra la costumbre y el sistema.
A esto hay que sumarle que la lucha contra la corrupción dejó de ser popular en algunos sectores cuando quedó claro que prácticas “muy comunes” dentro de los guatemaltecos eran ilícitos que empezaron a ser perseguidos penalmente.
A esto le sumamos que se trata de una mujer poniendo orden en un sistema machista; estableciendo canales de comunicación con los grupos indígenas en una sociedad racista; y persiguiendo penalmente a los intocables en el reino de la impunidad, pues es entendible que aborrezcan ver los reconocimientos que se le hacen a la Fiscal.
Por supuesto que hay mucho más qué hacer y que se debe continuar con el esfuerzo para que se demuestre que la corrupción no solo es del Patriota sino del sistema y que tienen que pagar quienes han usado el poder para condenar al país a la pobreza y la desigualdad a cambio de hacerse millonarios.
Pero, además, debemos reconocer que Guatemala tiene oportunidades de cambiar por el esfuerzo de algunos que se han puesto al frente para empezar la tarea con la que podremos llegar un día a hablar de desarrollo.
Hay que mencionar que esa junta entre MP y CICIG que tanto duele a los grupos de poder, sigue siendo un fenómeno único en el mundo que genera la admiración de muchos y el temor de los políticos y corruptos en general. Este es un reconocimiento válido y que nos debería motivar a seguir apoyando por un cambio real del sistema.