Félix Loarca Guzmán
El título de este artículo reproduce el slogan propagandístico que el Alcalde Municipal de la ciudad de Guatemala, señor Álvaro Arzú, viene impulsando como parte de una campaña orientada a concientizar a los vecinos, sobre la importancia de hacer un uso racional del vital líquido, cuya escasez en algunas regiones del mundo como la India, por ejemplo, mantiene angustiados a los habitantes, ya que este recurso es determinante para la sobrevivencia de los seres humanos.
Junto con este slogan, el Alcalde ha realizado constantes llamados a la población para cuidar el agua. Es un pecado que algunas personas insensatas, se pongan a lavar sus carros con manguera, provocando un enorme desperdicio del agua, cuando perfectamente podrían utilizar una cubeta u otro recipiente parecido.
Otros vecinos inconscientes, hasta “barren” el frente de sus viviendas con manguera, basados en el argumento que ellos pagan el servicio de agua.
Sin duda, la campaña del Alcalde Arzú es plausible, y por consiguiente, debería ser apoyada por el vecindario.
En este contexto, es ilustrativo recordar, que desde hace algunos años, EMPAGUA, fue privatizada en forma encubierta, y en la actualidad mantiene la apariencia de ser municipal.
En la realidad diaria, los personeros de EMPAGUA, no están en consonancia con el slogan del Alcalde, pues en vez de estimular a los vecinos que consumen menos agua, los castigan con cobros ilegales tomando como base un consumo estimado del agua en forma arbitraria.
Si el mes pasado, un vecino consumió cuatro metros cúbicos de agua, y en el presente utilizó menos cantidad del vital líquido, por ejemplo el 50 por ciento del mes anterior, EMPAGUA lo sanciona cobrándole un consumo inventado en forma antojadiza.
En la parte inferior de la respectiva factura, aparece con una letra muy pequeña que apenas se lee, un texto que dice más o menos lo siguiente: “Consumo irregular. Su medidor será revisado por Auditoría Comercial”. En el cerebro de “los genios” de EMPAGUA, el atender los llamados del Alcalde para cuidar el agua, es un consumo irregular.
Una campaña propagandística como la del Alcalde Álvaro Arzú, tiene que estar sustentada en acciones concretas, pues de lo contrario se convierte en una vulgar política de demagogia y obviamente pierde credibilidad.