Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

La Semana Santa es esperada en Guatemala; hay quienes lo hacen para manifestar su devoción y respeto a las manifestaciones públicas de la fe católica, donde se destacan las impresionantes y cada vez más grandes procesiones; tanto en la ciudad capital, Antigua Guatemala como en otros lugares del país.

Otro segundo grupo espera con ansiedad esa semana para descansar, irse a las playas y tener diferentes tipos de convivencia social. Este segundo grupo de ciudadanía civil merece respeto, pero también merece menos apoyo por cuanto la semana se ha convertido en algo sin reflexión o conservación de temas espirituales.

Y un tercer grupo simple y sencillamente aprovecha el descanso para dedicarse a estar en su hogar, si son jóvenes adultos se dedican especialmente a tratar de tener diferentes tipos de convivios en su colonia u hogar.

De los tres grupos sería bueno que el primero aumentara, no solo por la importancia espiritual sino porque estaría cosechando y aumentado una tradición moral que indudablemente nos beneficia a todos.

A qué grupo pertenece usted durante dicha semana es su decisión, en todo caso el reflejo del descanso y la meditación debe de ser un prestigio, una mejora espiritual o material para cada uno de nosotros.

En mi caso, la Semana Santa transcurre en una mezcla del primero y del segundo grupo por cuanto el sábado y domingo lo utilizo para descansar con nietos y parte de los hijos en mi querido Amatitlán, lugar donde no importa cuántos años transcurran, es parte de un paraíso el cual trato de proteger, no con agua mágica, sino con constantes medidas de cuidado ambiental y de conservación del bello entorno que nos rodea.

Poder ver 200 grados del lago es una bendición, poder ver en la noche el tráfico y aterrizaje de aviones produce un relajamiento y al ver cómo los vientos juegan antes de dormir es un premio a nuestra tercera edad.

El resto, de lunes a viernes, prefiero regresar a mi hogar en la capital y al así hacerlo participar de las actividades espirituales. La paz empieza por uno mismo y la produce principalmente nuestra actitud individual.

Los alimentos de esta época son un complemento que en ningún caso deben de ser inaccesibles, esperemos que la presente semana restituya y refuerce los principios para que así cuando la misma concluya podamos darle gracias a Dios.

En la mayoría de países del mundo que he recorrido, la Semana Santa tiene diferentes significados; entre más industrializado el país, menos dado a respetar el transcurso de estos días, que para ellos lo normal es continuar con un trabajo estéril y lucrativo, olvidándose que la Semana Santa no fue creada sino fue para recordar y para honrar el nacimiento y crucifixión de un ser Supremo que es y seguirá siendo la luz, el faro que guía nuestra existencia.

En cuanto al actual gobierno que preside el presidente Jimmy Morales y Jafeth Cabrera, así como su heterogéneo Gabinete, esperemos que hayan aprovechado la Semana Santa para analizar todo lo actuado en este año y fracción, comprender que es urgente determinar cuál es su destino, cuáles son sus pretensiones sociales, políticas y económicas y poder volver a la ruta de gobernabilidad que tanto requiere el país; espero que puedan volver de la Semana Santa con una clara perspectiva y metas concretas de lo que urge realizar.
¡Guatemala es primero!

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