Edith González
La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o frustrado. Es normal sentirse así de vez en cuando, durante períodos cortos, pero cuando estos sentimientos interfieren con la vida diaria durante más de cuatro semanas estaríamos hablando de depresión clínica.
Este fue el tema elegido por la Organización Mundial de la Salud, OMS para celebrar el día Mundial de la Salud y “pretende aumentar la concienciación pública sobre las dimensiones y repercusiones de este problema de salud mental, resaltar el papel del entorno cercano para apoyar a las personas con depresión, e impulsar el interés de los gobiernos para que las personas con depresión reciban la ayuda y el tratamiento necesario”.
Según la OMS, más de 300 millones de personas viven con depresión, siendo el suicidio la segunda causa de muerte entre 15 y 29 años, por eso la campaña de la OMS bajo el lema: Hablemos de la depresión, tiene como principal objetivo reducir el estigma asociado, propiciando que las personas puedan romper el silencio, ya que la falta de apoyo y el miedo impiden que accedan al tratamiento necesario y recuperen su funcionamiento y su calidad de vida, aunado a la falta de servicios médicos de calidad en los hospitales.
La OMS subraya que el apoyo de cuidadores, amigos y familiares facilita la recuperación de la persona afectada y que las situaciones de estrés pueden empeorar la sintomatología. Así, entre las acciones que pueden llevar a cabo los familiares en estos casos, la OMS establece las siguientes recomendaciones.
Dígale claramente que quiere ayudarle, escucharle sin juzgarle y apoyarle.
Recabe más información sobre la depresión.
Anímele a solicitar ayuda profesional cuando sea posible.
Ofrézcase a acompañarle a las citas médicas.
Ayúdele con las tareas cotidianas y a seguir pautas regulares de alimentación y sueño.
Anímele a hacer deporte regularmente y a participar en actividades sociales.
Si dicha persona piensa en hacerse daño a sí misma o ya se ha autolesionado intencionalmente, no la deje sola. Pida ayuda adicional a los servicios de emergencia o a un profesional sanitario. Entretanto, quite del alcance de dicha persona medicamentos, objetos afilados y armas de fuego.
Cuídese también usted. Procure buscar formas de relajarse y siga haciendo las cosas que le gustan, porque la depresión puede afectar a personas de todas las edades y de todas las profesiones, pero es un problema que se puede prevenir y tratar.
De ahí la importancia de que tanto los profesionales sanitarios, como los familiares, los profesores de los centros educativos o los responsables de recursos humanos de las empresas y organizaciones sean sensibles a esta realidad y realicen acciones para mejorar la detección e intervención temprana de las personas con depresión la que es fácil adquirir en sociedades como la nuestra con altos niveles de delincuencia, pobreza, falta de empleo y la exposición continua y excesiva a imágenes y noticias que afectan la salud mental. Considerando especialmente a los rescatistas, agentes de seguridad y personal de salud.