Dr. Luis Fernando Cordón Morales
@lfercordon – buzonasprodecogt@gmail.com

Derivado de los múltiples procesos mediatizados contra exfuncionarios de Gobierno, se llegaron a acuñar variadas denominaciones como Estado-Mafioso, Paralelo o Cooptado, incluso afirmar que estamos presentes ante un Estado fallido porque sus instituciones no funcionan o no se creen en ellas, pero ¿qué sucede con la sociedad? ¿Está pasando de ser permisiva, pasiva e indolente, para convertirse en insatisfecha? sí, en esa que nada le parece, que por todo se queja y que nada quiere hacer.

En las últimas semanas se han hecho más evidentes ciertas inconformidades y peticiones en contra de funcionarios públicos, que si bien a falta de una industria del entretenimiento en Guatemala, se les ha criticado por darse una vida de luminarias, con actitudes poco serias para el cargo que ostentan y vida activa en redes sociales con amigos virtuales y en horas de trabajo, para alimentar su ego personal y posicionarse popularmente aprovechando su puesto, también es importante poner en contexto las razones por las cuales últimamente algunos grupos se sienten inconformes, hasta el extremo de pedir que dimitan a sus cargos.

Por ejemplo, hemos visto y escuchado desproporcionada molestia porque el Presidente de la República como ser humano haya mostrado cansancio en un acto público, o exprese su disgusto por el irrespeto desmedido que han tenido varios medios de comunicación contra su persona, familia y su cargo; o bien, inconformidad injustificada porque los promotores de las reformas constitucionales asistieran al hemiciclo parlamentario a escuchar la discusión sobre la propuesta presentada; así como, el descontento porque la Ministra de Salud, con toda razón, no reciba a contratistas del Estado y motive por los medios legales que tiene a su alcance, la revisión de pactos colectivos cuestionados por desmedidos.

Ahora, un sector productivo del país pide la renuncia del Superintendente de Administración Tributaria por expresar su justificada oposición y rechazo a la iniciativa de Ley 5246 que pretende aprobar amnistías y privilegios fiscales. En el caso específico de la relacionada iniciativa, si bien se funda en la necesidad de regularización tributaria del sector agropecuario, también hay que considerar que esta procura solapar un impago de impuestos (amnistía) y el aprovechamiento con mecanismos delictivos (impunidad), que ya causó y causaría más perjuicio al ingreso tributario, al extremo de comprometer la meta recaudatoria para el 2017; además, porque su aprobación sin un estudio jurídico, económico y financiero, violentaría frontalmente los principios constitucionales de igualdad, equidad y justicia tributaria, acrecentando la desigualdad tributaria.

Por lo anterior, resulta importante decidir de una vez por todas qué es lo que queremos como sociedad ¿volver a donde estábamos en el 2015 o aportar cada uno su grano de arena para construir un mejor Estado? Si desea, no tome partido porque no tiene cabida en ambos bandos radicalizados y empecinados en vivir del ingreso estatal como burócratas, asesores, investigadores, fundaciones u organismos no gubernamentales, pero haga algo: produzca, emprenda, denuncie, no corrompa, no bloquee carreteras, fiscalice a los funcionarios, haga obra social, edúquese, forme con el buen ejemplo, y pague todos sus impuestos.

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