Ayer quedaron en evidencia los rostros evidentemente opuestos en la línea que se puede explicar el tema de la Justicia en Guatemala y la dramática crisis de institucionalidad que se vive con los dinosaurios de la impunidad que han perdido el miedo y se quitan las máscaras.

Blanca Stalling, recibió arresto domiciliario tras el pago de 300 mil quetzales de fianza por el fallo de una sala que argumentó que el juez contralor no justificó su fallo de manera adecuada cuando la ligó a proceso con prisión preventiva.

Está tan mal el sistema de justicia que nos hace dudar, inclusive, si el juez no dejó de fundamentar su resolución sabiendo que le abría las puertas a la defensa de Stalling para poder presentar este recurso que, finalmente, la terminará dejando con todas sus capacidades de ejercer sus influencias.

Recordemos que Stalling está siendo procesada por interferir como magistrada ante un juez para que beneficiara a su hijo, Otto Molina, sindicado por corrupción en el IGSS. A eso, debe sumarse que se disfrazó e intentó darse a la fuga el día que se emitió orden de captura en su contra. ¿Habrá una persona con más razones para guardar prisión preventiva que alguien con tal disposición a interferir en los procesos y huir de la justicia? Si al término impunidad se le quiere poner rostro, este caso hace fácil el empeño porque demuestra cómo se opera aquí.

Cada vez se seguirá sintiendo la orilla más lejos en la lucha por una justicia independiente y cumplida si seguimos siendo derrotados en buenos procesos por aquellos que tienen que cumplir con sus deudas ante las mafias.

Por otro lado, tenemos el reconocimiento internacional a las acciones que desde el Ministerio Público se están llevando a cabo contra la impunidad y la corrupción, en el que piden no solo que se mantenga el apoyo político sino que el financiero para garantizar la capacidad de cumplir con su función sin limitaciones.

En una entrevista con el canal CNN, la Fiscal General explicó de esos mensajes que ha recibido de las personas e instituciones de los distintos organismos estadounidenses e hizo una referencia clara a la actitud de algunos guatemaltecos cuando dijo que muchos critican la injerencia extranjera pero no condenan la corrupción que mantiene al país arrodillado.

Es importante identificar los roles que cada uno está jugando. Ya no queda mucha opción dónde colocarse porque cada vez es más claro y fácil identificar quién ayuda a la justicia y quien es soldado de la impunidad, pretendiendo continuar con viejos vicios.

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