Emilio Matta Saravia

Antes de iniciar el tema de hoy, agradezco la oportunidad (también la responsabilidad) de expresar mis ideas en su prestigioso medio de comunicación.

Un tópico de interés para analizar es el del tipo de cambio. El quetzal gana terreno frente al dólar americano. ¿Por qué se da esto? Principalmente por el flujo de remesas que envían los guatemaltecos de EE. UU. a sus familiares en Guatemala, el cual es mayor a los ingresos por divisas de los 22 principales productos de exportación combinados. Eso genera una oferta importante de dólares que presiona el tipo de cambio.

El sector exportador pide devaluar la moneda (el quetzal) para aumentar la «competitividad» de las exportaciones guatemaltecas. El quetzal se ha apreciado en 3.9% frente al dólar desde enero 2016 a la fecha, es decir que de acuerdo al argumento de los exportadores, esa es la disminución de sus ingresos por efectos estrictamente cambiarios.

Veamos qué sucedería con las importaciones. Guatemala es un país importador, con una balanza comercial deficitaria. Eso significa que importamos más de lo que exportamos. Inclusive, los sectores exportadores importan la mayoría de sus insumos. Las fuentes energéticas, como los combustibles, el gas propano y el carbón mineral (principal insumo para producir energía eléctrica no renovable en Guatemala), también son importados. Es decir, la mayoría de insumos utilizados en la producción de bienes en el país son importados, por lo que una devaluación incidirá directamente en los costos de producción de los distintos sectores del país, así como en los costos logísticos y de transporte. Para medir el impacto real de la devaluación en los costos, es necesario realizar un análisis cuantitativo mucho más profundo. Sin embargo, es evidente que hay impactos claramente negativos a la hora de devaluar la moneda.

El rol del Banco de Guatemala debe ser, en todo caso, el que ha desempeñado hasta ahora, es decir, un ente autónomo que interviene únicamente para evitar fluctuaciones bruscas, pero sin influenciar la tendencia del tipo de cambio. Durante mis estudios de maestría en Chile, ocurrió una situación similar (más dramática aun), donde el peso chileno se apreció frente al dólar en 21%. Teníamos un profesor de finanzas que ha sido un economista muy respetado no solo en Chile sino que a nivel mundial, Christian Johnson, y al consultarle qué debería hacer el Banco Central de Chile para frenar la apreciación de la moneda, su respuesta fue muy simple: NADA. Nos indicó con la propiedad de un economista de su talla, que un banco central no debe interferir en el mercado cambiario, en primer lugar por ser un ente autónomo, y en segundo lugar porque la competitividad de un país no puede basarse en el tipo de cambio de su moneda.

En lo personal, creo que sería un error que el Banco de Guatemala intervenga para devaluar el quetzal frente al dólar. Me parece que es un error buscar ser «competitivos» devaluando la moneda, ya que una acción de este tipo causará efectos inflacionarios importantes en nuestra economía, los cuales tendrán un impacto negativo más importante para la mayoría de la población, que los beneficios que obtendrá un pequeño sector. El interés general prevalece sobre el interés particular. Siempre.

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