Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

En todas las acciones particulares y públicas es indispensable, previo a actuar, el meditar, el planificar y dentro de lo posible escuchar las opiniones o consejos que al respecto se nos propone.

En todas las épocas y sociedades ha existido lo que podríamos llamar el consejo de ancianos o de personas experimentadas, que puedan dar una opinión, un consejo, un asesoramiento a quienes tienen la tarea de ejecutar y gobernar dentro de la sociedad.

Actualmente vemos que los grupos de ciudadanos se asocian, sea en cámaras, gremios e inclusive en organizaciones denominadas no gubernamentales.

El gobierno no solo se integra por quienes se elige presidente, vicepresidente, diputados, alcaldes, síndicos y concejales, también posee diferentes entidades o juntas directivas. La Junta Monetaria, la junta directiva del INDE y en una época el Consejo de Estado, así como otras juntas directivas que analizan y meditan las decisiones y acciones a tomar según su campo especifico.

Desde la Constitución de la República de 1945, se estableció la participación obligatoria de entidades como la Universidad de San Carlos, el CACIF o el conjunto de cámaras empresariales en la Junta Monetaria, en la junta directiva del IGSS y en la del INDE, en la junta directiva del Crédito Hipotecario Nacional y otros organismos.
El concepto que guió a la Constituyente de esa época y que ha sido reiterado en las subsiguientes constituciones es el que los representantes provenientes de la Universidad de San Carlos, CACIF y demás organizaciones, lleva madurez experiencia y sabiduría proveniente de estas entidades a través de quienes los representan.

Normalmente así es, por supuesto también se da el caso que se elija como representante a personas que son buenos teóricamente y malos en la práctica o que no buscan el bien y el desarrollo de la entidad sino buscan intereses particulares, personales o de grupo; en todo caso, eso es la excepción y no la regla.

En el actual momento, el mundo en general y Guatemala en particular necesita para el desarrollo social y económico que el gobierno y la sociedad mediten y analicen cómo atender y resolver la problemática que nos acoge.

Estados Unidos de Norteamérica es el país más desarrollado en el mundo; sin embargo, en la última elección, como producto de su sistema electoral colegiado, quedó electo como presidente Donald Trump y no Hillary Clinton que recibió en el voto popular varios millones más de votantes a su favor.

El presidente Trump en sus primero días de gobierno ha decidido rodearse de un gabinete donde predominan significativos empresarios y financistas, pero donde no hay, como normalmente debería de ser, un número adecuado de personas con experiencia política en el manejo de la cosa pública.

Por ello, sus medidas sobre el comercio mundial, los tratados suscritos para regir el mismo, su política migratoria e incluso su política internacional, hacen pensar que todo el mundo se verá afectado y que por ende, los países en general y sus gobiernos en particular deben analizar y meditar cómo las medidas anunciadas, y que empieza a tomar especialmente mediante acuerdos ejecutivos el gobierno de Donald Trump, afectarán a cada país.

¡Guatemala es primero!

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