Lic. Douglas Abadía
douglas.abadia@gmail.com
Continuando con la segunda parte de esta columna, podemos afirmar que los fenómenos de origen natural y antrópico que afectan severa y continuamente a los asentamientos humanos son el resultado no solo de la ocurrencia de los fenómenos, sino también de la alta vulnerabilidad que ofrecen dichos asentamientos como consecuencia de su desordenado crecimiento y del tipo de tecnologías utilizadas en los mismos.
El riesgo puede reducirse si se entiende como el resultado de relacionar la amenaza, o probabilidad de ocurrencia de un suceso, con la vulnerabilidad o susceptibilidad de los elementos expuestos.
Medidas de protección, como la utilización de tecnologías adecuadas, no vulnerables, son la base para reducir las consecuencias de las amenazas o peligros naturales y tecnológicos.
La gestión de riesgos hace referencia a un complejo proceso social, cuyo objetivo último es la reducción o control del riesgo en la sociedad.
En este aspecto toma suma importancia la gestión integral del riesgo, la cual no se limita a la preparación para responder adecuada y oportunamente a las emergencias y desastres, pero hace énfasis en controlar los factores de riesgo para evitar que se transformen en desastres. Debe estar ligado a los procesos tendientes al desarrollo humano, económico, ambiental y territorial sustentable.
La esperanza de que algún día en Guatemala la población inicie por crear y fortalecer una cultura de prevención y preparación ante el riesgo a desastres radica en las futuras generaciones pues son los que han tenido la oportunidad de crecer y familiarizarse con la gestión del riesgo a desastres, caso opuesto a las generaciones predecesoras que han tenido que improvisar a la hora de enfrentar el riesgo, es decir, a la brava han salvado sus vidas y en el peor y dramático de los casos han fallecido en el intento.
Se puede concluir que:
La gestión integral del riesgo es de suma importancia para que la población guatemalteca comience por entender los conceptos básicos de la gestión del riesgo a desastres como la vulnerabilidad, riesgo, amenaza, desastre, etc., para evitar grandes pérdidas económicas y sobre todo de vidas humanas.
Elegir a la corporación municipal en base a su programa de gobierno y no por cancioncitas, slogans o conveniencia, en aras de fortalecer a los gobiernos locales y no a personas individuales que tanto daño ocasiona a su comunidad en particular y al país en general.
Crear y fortalecer una cultura de prevención del riesgo a desastres en la población guatemalteca.
Exigir a las autoridades de turno el cumplimiento a cabalidad de la ley de ordenamiento territorial de Guatemala, pues en caso contrario seguiremos creciendo desordenadamente, cada día tendremos más asentamientos humanos, contaminación ambiental, etc.
Mi sentido pésame a los familiares de las víctimas del mal llamado «Hogar Seguro Virgen de la Asunción»; desde esta tribuna exigimos la pronta aplicación de la justicia para los responsables de tan lamentable tragedia.
Ojo estimado lector (a), en las próximas elecciones generales no podemos darnos el lujo como sociedad de elegir más de lo mismo, pues para muestra un botón.