Alfonso Mata

Se dice que nuestra situación actual no tiene precedentes históricos; creo que es lo contrario, no salimos de un hacer histórico constante. Se ve y se entiende la justicia como una condición y no como un hilo conductor y eso ha permitido un político encaminado a “provecho propio” sin presuponer a la justicia como un valor alto ni obligado a ello. Kant dijo hace años “Pórtate de manera que tu máxima de tu voluntad, pueda valer siempre como principio de una ley universal” pero nosotros hemos actuado al contrario, produciendo un mundo de injusticias como modus vivendi, que corresponde a una máxima ya insostenible. El político no llega a ocupar su puesto pensando en cómo su acción política puede asegurar un actuar justo duradero o al menos que no ponga en peligro esa meta; la acción política en nuestro medio, no se ajusta a ese principio. Esta es exactamente nuestra posición actual.

El imperativo de cambio entonces, nos exige no solo terminar con lo que facilita ese actuar actual, sino un cambio. No nos exige conservar el sistema actual de justicia pues lo que poseemos no es justicia ni formas de actuar justas; por lo tanto debemos buscar conformar una estructura política y a la vez social, con el fin de evitar que continúe esa escalada de violencia humana y que permita cambiar esos eternos e imprevistos políticos y sociales desfavorables.

La tarea entonces no se vuelve (como mal lo hemos entendido) eliminar los conflictos –una tarea casi imposible- sino eliminar los determinantes de su aparición y crecimiento y la forma actual de resolverlos. ¿Alternativas? Un Estado totalitario resuelve ciertas injusticias y crea otras. Descentralización y desconcentración del Estado, policentrismo real, aunque menos exigente puede obtener pero no garantizar una justicia con más efecto pero dudosa sin un apoyo social real. Asegurar la justicia es tan difícil como cambiar políticos pero de algo hay que partir y es que ese desafío, involucra y está estrechamente ligado a otras tareas inevitables para un cambio activo de comportamiento político y social. Cito como ejemplo, la impostergable tarea el desarrollo económico de zonas subdesarrolladas, la conexión entre tal tarea y la obtención de una estructura que pueda obtener justicia es real y natural. En ambos casos los medios para su solución, suponen la creación de una estructura política suficientemente honrada, equitativa, estable e independiente y un uso adecuado de ciencia y tecnología bajo un marco de responsabilidades para actuar.

En ese sentido, la actualidad exige metas políticas definidas, de las que no estamos libres de satisfacer y atender; es claro que los problemas que debemos solucionar a más de que tienen que ver con ética y moral, tiene que ver con ciencia y técnica. Estos dos campos mal diseñados y empleados en la actualidad, a lo largo de nuestra historia se han conjugado y producido conflictividad social, política y jurídica, provocando una sociedad injusta y, de no solucionarse eso, el futuro nos ofrece un recrudecimiento de lucha entre grupos y un aumento de la violencia y quien quita, el renacimiento del conflicto armado interno.

Bajo esa realidad de justicia ¿qué podemos hacer? La justicia que debemos establecer tiene que tener una estructura política manifiestamente legítima y recta, que debe trabajar dentro de un cese de hostilidades y alejada de un sistema excluyente y buscando un ajuste de equilibrio de poderes. No podemos sostener un sistema político que exija justicia que a su vez está lleno de injusticias y dirige con injusticias la cosa pública y privada. En esta situación se halla el actual sistema, un problema que en estos momentos ya no admite una solución parcial sino radical y no puede haber ante este problema soluciones aproximativas, porque estas por su naturaleza no son estables y aunque no son peligrosas, son primitivas, ya que muy poco previenen y casi nada resuelven. Debemos estar claros que solo las decisiones políticas, son capaces de provocar un sistema de justicia nacional y eso sólo se logra, si se puede transformar la conciencia ciudadana a favor de esas condiciones de justicia, eso quiere decir tener una ciudadanía y sociedad capaz de controlar suficientemente su capacidad de comportarse dentro de normas de justicia y tal sociedad aún no existe, eso tiene que trabajarse a la par.

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