Un documento sobre amenazas contra instituciones públicas, filtrado con la intención de generar temor dentro de la población, ha sido descrito como algo que comúnmente sucede dentro de las instancias de seguridad del Estado, pero terminó siendo efectivo para quienes querían sembrar terror al afectar a miles de personas por la necesidad de protagonismo de funcionarios del sistema hospitalario.

Cada vez que hay un efecto de la justicia sobre los grupos criminales, se dan reacciones que pueden incluir actos violentos, intimidaciones y campañas de desprestigio. Lo más dañino para la población, es como en este caso, que muchas personas con enfermedades y la mayoría de ellas viajando desde el interior del país, tendrán que continuar con sus padecimientos sin ser atendidos y volver a gastar para trasladarse nuevamente a la capital.

Hay funcionarios que disfrutan robando cámara y que no piensan en las consecuencias de sus improvisadas medidas. En este caso hubo medidas de seguridad y protección que se adoptaron como parte de los protocolos normales, pero pese a ello se dispuso cerrar la consulta externa no obstante que los pacientes ya estaban allí.

Ayer se evidenció que en el sistema de salud la autoridad de la Ministra no cuenta frente a lo que disponen directores de hospitales que se sienten dueños de los nosocomios que, tristemente, han sido parte de la danza de la corrupción.

El precedente es funesto porque significa, ni más ni menos, que los terroristas que han estado empeñados en aterrorizar a la población filtrando informaciones de amenazas, logran su cometido porque precisamente lo que buscan es perturbar la vida normal de la población.

Las acciones contra las estructuras de extorsión y las medidas para mejorar el control de los reos en los centros penitenciarios está causando su efecto dentro de los grupos delincuenciales cuyas amenazas sirven a otros para mantener el clima de terror.

Hace unos días fueron los ataques a taxistas, otros hechos de violencia que generan temor y ahora amenazan lugares públicos que terminaron sin poder operar, haciendo exitosa la labor terrorista.

Definitivamente hay muchos pescadores que necesitan el río revuelto y debemos ser cuidadosos para no caer en su juego ni dañar a la gente más necesitada.

Creemos que las amenazas no pueden ser ignoradas y que hay que tomar las medidas de protección adecuadas para preservar vida. Se entiende que a todos los sitios objeto de las amenazas se desplazaron las fuerzas de seguridad con prontitud y diligencia por lo que es obvio que hubo falta de coordinación o simplemente un burdo exceso de protagonismo.

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