Dra. Ana Cristina Morales

Es un deseo que las personas que no poseen pareja y se sienten solas por ello. No se mortifiquen y encuentren serenidad en su estado. También, y más frecuente, es el hecho de que existen personas, quienes poseen pareja, pero no se sienten en compañía. Para las cuales también, existe el deseo de reflexión.

Algunos jóvenes, mujeres u hombres, pueden creer que existe algo en sí mismos que no les permite la opción de tener un noviazgo u otro tipo de relación de pareja. También, gente mayor, puede tener el mismo dilema. Pero, no de manera necesaria, tiene que ser así. No cabe duda, de que puede ser una opción, pero no la única, y sin duda, ella, no consista en la respuesta apropiada para las diferentes situaciones.

Gozar de la compañía de alguien, sentirse querido, apreciado y acompañado. En realidad, es algo muy agradable. Convivir en una relación de pareja, de manera respetuosa, amable, confiable, en donde existan expresiones de cariño y humor. Siempre cae bien. Aunque, no coexisten relaciones de pareja sin imperfecciones. La vida para una sola persona resulta complicada y en pareja también. Estamos acostumbrados a idealizar al amor, a solo ver el lado afable del mismo. Y es por ello, que cuando lo deseamos, lo idealizamos también.

La convivencia en pareja requiere compartir con una persona que verá las cosas distintas, podrá opinar de manera desigual, tendrá gustos y algunas costumbres que no suelan agradar. También, en la relación de pareja, existe la posibilidad de encontrar mayores responsabilidades de vida, que si uno se encontrara solo.

La lealtad, requisito indispensable, es el compromiso de responder al convivir mutuo de una manera honesta, considerando el bienestar del otro, pero, sin descuidar el propio. La responsabilidad de cuidarse de manera mutua, de protegerse uno al otro, de mostrar interés, por lo que al otro le importa, y le confiere valor. En un esfuerzo por cultivar de manera ingeniosa y atractiva la convivencia desde lo íntimo, hasta lo cotidiano.

Así que, es de considerar, que sean muchas las personas que se sientan solas, aún en la nominal compañía de alguien más.

Y parte del problema, de la dificultad que estriba, el concordar en la construcción de una pareja. Está en el aprendizaje de: las relaciones consigo mismo y con los otros, del ejercicio de los valores humanos y su jerarquización. Así como, la antes mencionada, idealización del amor.
Por ende, estar o no estar dentro de una relación de pareja, no implica de manera necesaria, sentirnos acompañados. Y también es de meditar, que la soledad como experiencia, tiene muchos descréditos infundados.

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