Jorge Santos

Recientemente la ONG internacional Oxfam, en el marco del Foro Económico Mundial de Davos Suiza, presentó el Informe denominado “Una economía para el 99%”, en el cual se detalla que en el mundo existen ocho personas que poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad, es decir 3 mil 600 millones de personas.

Esto está condicionado a partir del hecho que la concentración de la riqueza continúa en la senda del saqueo, la expropiación y la expoliación. El crecimiento económico tan solo esta? beneficiando a los que más renta e ingresos tienen. El resto, la gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo y especialmente los sectores más pobres, se están quedando al margen de la reactivación de la economía. El modelo económico y los principios que rigen su funcionamiento nos han llevado a esta situación que se ha vuelto extrema, insostenible e injusta.

Así mismo el informe de Oxfam detalla que en América Latina y el Caribe el problema es similar, ya que una persona de un hogar multimillonario en América Latina cuenta con un ingreso mil 154 veces lo que una persona de un hogar del 20% más pobre. Y evidentemente el Informe nos detalla que en Guatemala, los datos son igualmente impactantes, en la medida que la fortuna estimada de los 260 multimillonarios superaría los recursos necesarios para acabar con la desnutrición en una década. Este obsceno modelo económico es el que está llevando a que el 10% más pobre tendría que trabajar 387 años para sumar lo que gana al mes una persona de un hogar multimillonario.

Con estos datos es evidente que existe un modelo económico en el mundo que está determinando la vida de miles de millones de seres humanos, al punto que sin lugar a dudas es el responsable de la muerte, la desolación, la desnutrición crónica y aguda e incluso de las guerras que en distintos puntos del globo tenemos. En resumen, este es un modelo reproductor de la pobreza y la muerte.

Sin embargo, no existe un modelo económico sin tener su contraparte en el modelo político y resulta que aunque evidente, cada vez son más los países que se decantan por figuras que defienden y promueven este modelo, haciendo uso del racismo, la xenofobia, la discriminación, la inequidad, la discriminación y por ende el autoritarismo. Este viraje hacia la consolidación del modelo económico está suscitando enormes males a la humanidad, de tal cuenta que tan solo en nuestro ámbito geográfico está llevando a la asunción de gobierno como el de Jimmy Morales, Enrique Peña Nieto, Juan Orlando Hernández y el mismo Donald Trump.

Es por ello que en buena medida, la derrota de este modelo económico del saqueo, la pobreza y de la muerte, está íntimamente ligada a la del modelo político e identificar que uno sin el otro no subsisten. Ojalá y seamos capaces frente a estos dos hechos, de construir una amplia articulación mundial, que permita derrotar la ignominia, la xenofobia, el racismo y la muerte en el mundo.

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