Isabel Pinillos – Puente Norte
ipinillos71@gmail.com

Nuestro recurso más valioso son las personas. La voz del migrante necesita ser escuchada, los brazos de todos deben estar entrelazados, unidos, buscando la dignidad de todos aquellos que hoy se sienten perseguidos en Estados Unidos.

El momento tras el cual Trump ganó la presidencia, primero fue marcado por dudosa expectativa; luego, por incertidumbre, y finalmente, hoy se habla de un pánico generado en los primeros días de su gobierno, caracterizados por acciones ejecutivas que corresponden a sus temibles promesas. Desde su toma de posesión, el Presidente de la primera potencia reafirmó su postura de fronteras cerradas, ordenó agenciar recursos para la construcción del muro, y mandó a triplicar la seguridad fronteriza. No le tiembla la mano, aunque alrededor de cinco millones de personas en todo el mundo han marchado para repudiar su presidencia. Despidió con gran ligereza, a la Fiscal General por oponerse a defender su decisión de vetar el ingreso de ciudadanos provenientes de ciertos países musulmanes a su país.

Cuando la nación más poderosa es encabezada por alguien calificado como un megalómano narcisista, que tiene una agenda nacionalista, xenófoba y que constituye un peligro para los ideales democráticos ¿qué hacen las demás naciones?

La Unión Europea tiene preparado un encuentro el próximo viernes con sus jefes de Estado para discutir cómo afectará el nuevo orden una presidencia de Estados Unidos cuyas propuestas políticas ponen con piel de gallina a los demás estados. Los países del medio oriente reajustan sus piezas dentro de la zona de conflicto, y México, por su parte, ha sido claro en que no serán ellos quienes pagarán por el famoso muro, y crece la tensión interna por defender su economía y dignidad.

Hoy, muchos nos preguntamos cómo en Guatemala, país que quizá Trump no hubiera podido identificar en el mapa hace dos semanas, nos preparamos para atender los daños potenciales que pueden ocasionar las acciones de este señor sobre nuestra población. Tuvimos tiempo, pues esta situación no fue repentina. Acaso, desde la administración de Obama, ¿no existía ya una política de fronteras cerradas en contra de nuestros conciudadanos? Es que ¿no era previsible este nuevo escenario abiertamente antimigratorio?

Como manifesté la semana pasada, México velará por sus propios intereses, como es natural. En Guatemala a lo interno, las actuales circunstancias exigen que la institucionalidad asuma un liderazgo con voz aglutinadora, que se constituya como garante y defensor de cada uno de los guatemaltecos afectados, en territorio nacional, en la ruta migratoria y de aquellos que viven en Norteamérica a quienes les daña las nuevas políticas. En este sentido, los consulados guatemaltecos cumplen una función esencial, por lo que está por demás justificado solicitar recursos adicionales para fortalecerlos, para que se identifiquen como santuarios permanentes y provean atención extendida, así como tener la posibilidad de identificar a los guatemaltecos bajo su jurisdicción.

A nivel regional, las cancillerías dieron un primer paso con el acercamiento de sus consulados, buscando una política de puertas abiertas para cualquier centroamericano. Ahora faltaría una integración diplomática para dar una respuesta en bloque que, con la unión de los tres países pequeños, nos ayude a pasar mejor la tormenta.

Artículo anteriorSegundo alcalde asesinado en una semana
Artículo siguienteQue quiero casarme