Gladys Monterroso

“Nunca debemos dejar de pensar que el que tenemos enfrente es un ser humano, no se puede deshumanizar al contrario.”
Julia Navarro

Con la llegada, hace once días a la Presidencia de Estados Unidos, del pseudo político que ganó las elecciones gracias al voto electoral de esa nación, sus decisiones han provocado varios titulares a nivel mundial, día sí y otro también, pasando en poco más de una semana de ser noticia, a convertirse en una preocupación para la humanidad.

Aunque siempre fue bastante peculiar, y el hecho de ser un magnate estadounidense, le hizo siempre hacer las cosas a su manera, como parece siempre lo hizo, hoy que de ser un hombre poderoso económicamente, se ha convertido en una poderosa preocupación para el orden mundial, como hasta el 20 de enero pasado se conocía.

El cumplimiento, casi inmediato, de sus promesas de campaña, han unido las voces y acciones de líderes mundiales como May y Merkel, entre otros, la primera después de visitarlo cordialmente, así como una valiente jueza emitió una resolución revocando una de sus controversiales decisiones, misma resolución que no fue respetada, creando un problema humanitario sin precedentes, y sin necesidad alguna.

Esta situación obliga al mundo entero a replantearse una involución en sus relaciones, y como consecuencia, a cómo vivir sin el imperio, y más aún, si es posible, dando la espalda al mismo, ya que el resultado, si no le ponen los senadores un hasta aquí a estas acciones, será un autoaislamiento de la misma nación que pretende aislar a las demás.

Veamos, en toda catástrofe, primero viene la sorpresa, seguida de la angustia, para después buscar la solución, y esta misma se encontrará buscando las medidas económicas, sociales y culturales sin una nación que nos da la espalda, y que aún más crea un caos en las interrelaciones políticas internacionales, lo que provocará el espaldarazo a otras potencias, recordando que todo cambia, y la dureza de unos, es la fortaleza de otros.

En el caso de seguir este show dramático, que llena las portadas de los principales medios internacionales diariamente, perdiendo así la capacidad de asombro frente a actos de prepotencia y poder de una nación, aunque no de sus habitantes en general, que causan problemas graves sin razón de ser, solamente por las disposiciones incomprensibles de una persona, que cree que un país es igual a una empresa, en la que puedes despedir a un empleado, que existe una fila en espera de ese puesto.

La política no es similar a administrar una empresa, en la política la diplomacia, el buen hacer, y el reconocimiento de los derechos de los demás como los propios, engrandecen a quienes la ejercen, pero cerrar la fronteras de un país de inmigrantes, a otros inmigrantes, por razón de color, creencias religiosas, o raza, no hace grande a ninguna nación, más aun la empequeñece, la aísla gradualmente, surgiendo otras, cambiando así, la forma global de convivencia.

La historia de la humanidad desde AC, nos demuestra que siempre han existido imperios, y que todos así como han surgido se han extinguido, lo más probable es que estemos ante el inicio de la extinción de uno, de ser así, como su patio trasero que somos, podemos pasarla un buen tiempo bastante mal, pero como la historia lo ha demostrado, a grandes males, grandes soluciones, y unida toda Latinoamérica, con el resto de naciones lo lograremos.

No existe un mal más grande, que el que no enfrentamos, siempre existe una solución a cada problema, y mientras más grande es el problema, mucho más lo es la solución, la sociedad es cambiante, y lo será siempre.

Por lo anteriormente expuesto, nos encontramos ante el inicio de una involución financiera, económica, cultural y social, de una potencia, la que debemos comprender y enfrentar.

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