Esta semana será la elección en el Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala en un año en que, a menos que haya cambios radicales en pro del fortalecimiento de la independencia del sector Justicia, alguno de los defensores de fuertes intereses que están compitiendo, será el encargado de participar en, por ejemplo, postular al o la nueva Fiscal General de la República.

Y decimos que la batalla es entre iguales porque dentro de los que participan con posibilidades están varios representantes de los grupos tradicionales de secuestro institucional y que se ven reflejados en el caso recién presentado por el Ministerio Público y la CICIG contra el magistrado Orellana, con el complemento de otros que se ponen máscaras y disfraces para dar la apariencia de ser transparentes y honestos sin serlo, siendo quienes están en una puja en la que se tira dinero a manos llenas en costosas campañas.

Igual de peligroso es entregarles el control del Colegio de Abogados a los grupos que han manipulado las elecciones de magistrados a favor de la UNE, Lider y el Partido Patriota, que hacerlo a grupos que se presentan como honorables pero que son abogados, tras bastidores, de acusados en casos como Cooptación del Estado y que ejercen profesionalmente para desprestigiar y bloquear los avances en la lucha contra la impunidad, pero siempre con el prurito de pintarse como si fueran la pulcritud andando.

La verdad es que el Colegio de Abogados debería ser una instancia puramente administrativa de control profesional, pero con cero injerencias en decisiones de tal trascendencia para el país porque cuando se le quiso dar poder a la academia en vez de a los políticos, se prostituyó la academia.

El control institucional para influenciar en las postuladoras es tal, que recordamos que hasta universidades de cartón se han hecho a partir de que se quiso depurar usando a profesionales honorables un peso trascendente en dichos procesos.

En la elección actual hay de todos los colores que se puedan querer. Desde los que han manejado por décadas las elecciones, hasta los que trabajan con el gobierno actual en los temas como TCQ.

El viernes 3 harán fiesta al conocer los resultados, pero los ciudadanos debemos entender que es como que a uno le pregunten si prefiere morir a balazos o a cuchilladas, porque el resultado será el mismo.

Con la reforma que suprime el poder del Colegio de Abogados para postular en el sector justicia, esa instancia volverá a ser lo que fue, con dirigentes electos por su peso y prestigio y no por el chorro de dinero que gastan en campaña.

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