Sandra Xinico Batz

La escena política de Guatemala parece sacada del guion de un mal programa de televisión nacional (como Moralejas). El sistema político que tenemos, una vez más, evidencia que no está funcionando para lo que necesitamos. Jimmy Morales en menos de un año reafirmó con acciones que el discurso no es más que eso si la estructura no cambia. Sigue tragándose sus falsos ofrecimientos de “ni corrupto, ni ladrón”. Ni siquiera creo que se la esté pasando tan mal, dolorosamente, este es un país de privilegios y de desmemoria.

¿Qué diferencia la escena FCN del PP? ¿Qué una se destapó más temprano (FCN) o es que en realidad vamos tarde porque es una continuidad? ¿Cómo lo vamos a justificar esta vez?

José Manuel Morales Marroquín, un joven que no rebasa los 23 años, está en la mira de todo un país por un “favor ilícito” de amor ¿?, que evidencia (una vez más), los vínculos que el presidente Jimmy Morales y su familia han tenido con el Estado y el gobierno pasado. Su amistad con el también comediante, empresario y diputado del FCN Othmar Sánchez no debería pasar desapercibida, como tampoco deberíamos obviar la cantidad de empresarios que han estado obteniendo beneficios millonarios de un Estado que constantemente se declara bajo en recursos.

Desafortunadamente la realidad no se trata de un capítulo de telenovela en el que él “perdió la cabeza” por ella. Tampoco es ingenuidad reconocer que el fraude es “normal” y “cultural” en este país. Es el reflejo de un contexto. Un joven que claramente describe la ideología con la que lo formaron.

En este sistema político no hay nada nuevo, ni generacionalmente. Pero vamos olvidando de a pocos. ¿Felicitaciones al Presidente por su posición (“imparcial”) frente al caso de su hijo y hermano, por no intervenir? “Es que todo esto ocurrió antes de que fuera presidente” ¿No es esto peor aún dado el contexto y el contenido de su campaña electoral?

Me pregunto ¿Qué pensarán las personas que votaron por Jimmy Morales guiados por su discurso que se cimentaba en su fe en Dios y en la familia? ¿Realmente creernos posible que él sea ajeno a las acciones de su familia?

Seguimos creyendo en un sistema político que ni con todos los esfuerzos “supra humanos” de la CICIG caerá por completo porque no es un secreto que los empresarios, los partidos políticos, el narcotráfico y el Estado son el engranaje que hace andar a este sistema. No creo que sea suficiente querer cambiar el sistema político haciendo “nuevos” partidos bajo las mismas reglas que han llevado a tanto presidente hasta ahora, disfuncionales para nuestras necesidades y bienestar.

El sistema no cambiará por sí mismo porque así como está funciona bien para unos cuantos. De forma inmediata, dejar de solapar a los políticos corruptos con nuestro voto, de justificar delitos con sentimentalismos, de creer que lo “normal” es ético y que lo “moral” es suficiente para elegir a un gobernante; pueden ser la antesala de algo diferente.

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