La captura del hijo del Presidente, José Manuel Morales, ha llevado a muchos a discutir los hechos que se le imputan y aquellos que no han estado muy contentos con la lucha contra la corrupción lanzan críticas por las imputaciones.

La situación es sencilla y las duras críticas al Presidente se pueden justificar de la siguiente manera: Primero, que si es como dice el hijo de Morales, era algo “normal” que no hizo creyendo que era algo malo, demuestra que al haber acudido al tío “Sammy”, principal socio y consejero del ahora mandatario, el entorno en que creció y se educó era de absoluta tolerancia hacia esos actos, lo que explica que las esferas de poder están repletas de personajes oscuros. La segunda opción, que el ahora Presidente “ni se enteró”, nos explicaría el porqué a tantos les conviene tenerlo “volando en las nubes” mientras hacen lo que les da la gana.

En cualquiera de las formas, es preocupante la situación del país a pesar que ayer hayan dicho el comisionado Velásquez y la fiscal Aldana que no ha intercedido por sus familiares. Los ejemplos del antejuicio al diputado Edgar Ovalle, la forma en que “refugió” a Melgar Padilla y su “amistad” con los poderes enquistados en la Corte Suprema de Justicia, nos dejan claro que no es necesario meter las manos con las instancias de persecución penal.

El primero en salir a dar la cara fue el vicepresidente, Jafeth Cabrera, de cuyo hijo se dice que recibió varios miles de dólares de un narcotraficante para comprar la casa en que vive. Un desgaste absoluto.

Y cuándo Guatemala volverá a estar en el escenario internacional por el hijo “ni corrupto, ni ladrón”, le tocará a un Canciller, opuesto a la lucha contra la impunidad, a salir a explicar cómo es que se aferran al puesto mientras el Vice se relame los bigotes pensando que le puede tocar, aunque sea por unas semanas, tener un ascenso. Para el Canciller será fácil porque ya ha demostrado que tiene mil caras más que cambiarse y ya lo reconocen como el operador de Pérez y Baldetti que “conoce” las mañas del poder.

Seguro, este no será el último caso en que se vean involucradas personalidades de importancia de este gobierno y, también seguro, de alguna manera se irá conociendo qué rol ha jugado de verdad el presidente Jimmy Morales.

El mandatario se ha lavado las manos en los temas en que se ve comprometido, como el de la contadora de FCN-Nación y el de sus cuestionados aliados. A ver hasta cuánto le funciona esa práctica.

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