Félix Loarca Guzmán

Al concluir su período este 20 de enero, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, será un mal recuerdo en la historia, expresó el domingo el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al presentar su informe anual de labores ante los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia en la ciudad de Caracas, capital de este país de la América del Sur.

Maduro recordó que el gobierno de Obama, invadió militarmente y destruyó Libia, en el norte de África, que bajo la conducción del coronel Gadafi, era la nación con el más alto desarrollo social y económico de ese continente.

Acusó a Obama de haber propiciado la actual guerra contra Siria, dejando hasta ahora un saldo trágico de miles de muertos, heridos, refugiados y una indescriptible destrucción de diversas ciudades de ese país árabe.

El gobernante venezolano, un obrero del transporte, quien durante el año 2016, tuvo que enfrentar una grosera embestida de los sectores más recalcitrantes de la derecha, que promovieron una perversa guerra económica ocultando productos de consumo básico como papel higiénico y otros para irritar a los habitantes, alentándolos a derrocar al gobierno, con una estrategia muy parecida a la que el Águila Imperial utilizó para botar al régimen socialista del presidente Salvador Allende en Chile en 1973.

El presidente Maduro, presentó su informe lamentando no haberlo hecho ante la Asamblea Nacional, la cual fue declarada en desacato e ilegalidad, por incorporar a sus filas a tres diputados producto de un fraude electoral.

Conforme la resolución del Tribunal Supremo, al estar bajo la figura de desacato, todos los actos de la Asamblea parlamentaria son ilegales. Los magistrados resolvieron que el presidente Maduro tendría que presentar su informe de manera extraordinaria ante ese alto tribunal de justicia.

Maduro reiteró que su gobierno busca la paz, pero que si por alguna razón fuera derrocado, no vacilará en acudir a la lucha armada en defensa de la soberanía de la región. Dijo que en esta hora crucial, está en juego el destino de nuestra América, a la vez que agradeció la solidaridad de numerosos países, entre ellos la República Popular de China y la Federación Rusa, encabezada por el presidente Vladimir Putin, a quien calificó como un líder mundial de la paz.

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