Rolando Alfaro Arellano

En el artículo anterior referíamos que las diversas entidades educativas, elementales y superiores, con algunas raras excepciones, se han olvidado de motivar adecuadamente a sus alumnos en todo lo relativo a las técnicas de investigación científica, y ello, según algunos estudiosos como lo son Jorge García Laguardia y Jorge Luján Muñoz, consideran que algunas personas que inician estudios estiman que como se menciona la denominación científica, creen que está destinada a los estudios de esta rama; pero, ello no es así, pues se refiere a la búsqueda de soluciones para un caso o problema determinado.

La cuestión es, sin duda, que en los centros de estudios, no se les explica la importancia de la investigación jurídica, esto, se nota más en las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales, sin ninguna clase de excepción y la realidad que se vive en el país en materia de procedimientos judiciales, nos señalan que existe un grave atraso, pues no se trata de fórmulas matemáticas en sí, sino de juzgar personas y de investigar si se han cometido hechos delictivos o no.

En lo últimamente escrito bien resulta de importancia refrescar la memoria a muchos profesionales de la rama jurídica que se oponen al juicio oral pleno, quizás por vergüenza.

Los medios de comunicación social constantemente refieren el grado y aumento de la criminalidad que ha enlutado a muchas familias guatemaltecas.

Por otra parte, si existieran más investigaciones profundas de los hechos criminales, el resultado sería distinto.

Sería interesante que las entidades educativas pertinentes efectuaran una seria revisión de la producción de las publicaciones, especialmente en materia de Derecho, y usted, estimado lector se quedaría verdaderamente impresionado por la falta de lecturas que se ofrecen a los futuros profesionales de las Ciencias Jurídicas.

En ese sentido resulta estéril averiguar los casos que se vienen dando en el país y las soluciones que por investigaciones jurídicas se ofrecen a las autoridades y pueblo, para prevenir actos delictivos.

Quién con una luz se pierde si se contara con centros de investigación serios y orientadores en las Escuelas de Derecho, a efecto de ofrecernos verdaderos investigadores en la rama científica descrita.

Finalmente, conviene consultar lo que indicamos, a nivel nacional, con nuestras publicaciones y las de otros colegas, de lo contrario, seguiremos aguantando el vía crucis de crímenes sin soluciones, robos, violaciones y otras atrocidades causadas por psicópatas que con el tiempo se pudieron haber prevenido.

Mientras el pueblo de Guatemala siga sin educación, continuará el atraso irremisiblemente. Y, mientras existan profesionales del Derecho sin profundizar la investigación de su rama, pues que no se quejen de que las autoridades por incapacidad contraten abogados extranjeros, desplazándoseles en sus oficinas de trabajo. Quién con una luz se pierde.

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