Muchas veces, en Guatemala la gente critica, se molesta y siempre se pregunta ¿Qué nos pasa que seguimos sin salir de la crisis? Y la verdad es que teniendo a la cabeza de nuestras instituciones al piloto de Canela González Díaz-Durán, al cómico de Ángel González y al títere de Blanca Stalling, ¿qué más podríamos esperar?

El sábado, durante la «sesión solemne» a la que llegó tarde Jimmy Morales demostrando que no es un estadista, pero que disfruta al hacer esos desplantes porque es donde se muestra «poderoso», hubo una juramentación de la nueva Junta directiva del Legislativo y es lo mismo que han repetido todas las autoridades que administran el poder público. Esa juramentación es la farsa más grande que se pueda imaginar cualquiera.

La verdad es que aparte del libro de cuentos que nos han leído durante estos días debería ser el motivo para que una sociedad, cualquiera que fuera, se pusiera los pantalones para exigir que alguien con al menos un dedo de frente sea quien se haga cargo de la dirección en todos los poderes del Estado.

Pero nos hemos terminado acomodando a que sea el hermano del otro comediante, el piloto del «negociante» Canela y la peona de doña Blanca quienes den la cara para dirigir al país y la sociedad, calladita, deja que simplemente hagan lo que quieran.

Cuando nos preguntemos por qué es que no salimos de la crítica situación en que se encuentra el país, recordemos que es porque las autoridades se preocupan más por los aplausos, como el de Melgar Padilla o el «15» de Sammy, de quienes son los verdaderos operadores de los poderes paralelos y de las estructuras de corrupción.

Guatemala depende hoy solamente de la lucha que la CICIG y el Ministerio Público han iniciado, pero para la que cada vez se encuentran menos adeptos. Muchos temen que el día de mañana sean ellos los que terminen en la silla de los acusados porque hay muchos con terribles vínculos y complicidad con la ilegalidad.

Por eso es que las naciones que marcan un alto en sus crisis son aquellas que promueven primaveras para dejar bien claro que ya no soportarán los abusos de los poderosos.

A pesar de las mentiras que nos han querido vender, Guatemala está en esa crisis y hemos perdido muchos años y, en especial, el último que contaba con una pequeña chispa social como para empezar el fuego del cambio.

¿Hasta cuándo seguiremos dejando que Ángel González, Canela y Stalling nos dominen usando al cómico, el piloto o su títere?

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