Guatemala empieza el año sumida en una crisis de ingobernabilidad provocada por falsos liderazgos que han motivado a distintos sectores a buscar métodos de forzar procedimientos ante la falta de acción que se suma a la incapacidad y la intolerancia.

Tenemos un Alcalde que se sigue creyendo sobre la ley. Consideran en la Municipalidad “amenaza” el llamado de los transportistas al paro para “estremecer” el país, pero se les olvida que el señor Arzú pide que a “morongazos” se enfrente a los ciudadanos.

Por otro lado, a nivel nacional tenemos un Presidente que se ha preferido aliar a Joviel Acevedo, al mismo Arzú, a los tránsfugas del Congreso y a la banda de Blanca Stalling y Patricia Valdés para intentar mantener unidos a los poderes que se han beneficiado permanentemente del Estado.

Recordemos que los avances que se han notado en el país vienen a partir de cambios en la lucha contra la corrupción y ahora se sabe de casos en que los mencionados con anterioridad han estado involucrados de manera directa y eso les impulsó a generar esa unión que es la gran generadora de ingobernabilidad hoy por hoy en Guatemala.

Es dramático pensar que mientras los problemas serios del país se profundizan, el sector Salud está en una de las peores crisis que se pueda imaginar y las autoridades le quieren tapar el ojo al macho con falsas apariencias de que todo camina bien.

La infraestructura del Estado está detenida bajo la excusa de que es muy difícil ejecutar observando las medidas de transparencia que se deben aplicar en cualquier sistema que quiera rechazar la corrupción.

Y a eso se tiene que sumar la ingobernabilidad política que existe por la falta de liderazgo. Resulta que el grupo que respeta y apoya al Presidente es tan mínimo e intrascendente que por eso necesita de las alianzas oscuras que se le han conocido al señor Morales.

Después de los “morongazos” de Arzú en la zona central, como cuando se asustó con Sas Rompich y lo mataron, han seguido sus demostraciones de considerarse superior a la ley y es la mala práctica que han copiado los actuales gobernantes.

La ingobernabilidad se siente. La economía se percibe estancada porque una parte de la corrupción se detuvo y el miedo hace que muchos esperen un poco a ver si los cambios se asientan.

En La Hora no apoyamos políticas de amenazas. Pero también creemos que eso debe aplicarse a ambos lados. Además, no podemos dejar de denunciar que la intolerancia y los abusos, surgen de esos personajes que por su incapacidad y falta de liderazgo, se quieren imponer a “morongazos”.

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