Es linda la página web de Interpol donde dice “Conectando a la policía para un mundo más seguro”. La verdad, es que ese ente no sirve ni para sacar la basura de una oficina pública.

En Guatemala, país reconocido mundialmente por los terribles problemas de corrupción y criminalidad organizada, el único país en el mundo al que una Comisión Internacional Contra la Impunidad, CICIG, ha sido instalada para poder luchar contra la terrible falta de justicia que existía, resulta que la Interpol no le pone atención a la persecución de los grandes mafiosos que terminan siendo los responsables de que los indicadores de pobreza y subdesarrollo en el país sean tan terribles.

Por supuesto, los temas migratorios que tienen que ser reportados por Cancillería, reciben la atención del ex compañero de Gabinete de Erick Archila, Alejandro Sinibaldi y Allan Marroquín, el canciller Carlos Raúl Morales. ¿Quién cree que semejante individuo hará una sola gestión para agilizar el trámite contra un corrupto? Siendo sus compañeros, todos sabemos que nunca hará nada más que cuidar el chance asegurado en la OEA por el que ha querido ocultar su permanente oposición a la CICIG y al MP en Guatemala.

En Miami, hacía meses que la gente comentaba que habían visto a Archila en los centros comerciales como Pedro por su casa, paseándose mientras gastaba a manos llenas sin que hubiera autoridad alguna que le diera el seguimiento correspondiente.

Cuando la investigación penal se hace de manera profunda, los esfuerzos locales marcan y hacen temblar a las estructuras, es imperdonable que una partida de policías que cobran como funcionarios internacionales, los de Interpol, vengan a dejar tiradas sus obligaciones porque hay casos que “no son de sus prioridades”, como parece ser el de Archila, Alejandro Sinibaldi y Allan Marroquín.

Hay que apoyar todas las gestiones para que cualquier corrupto pague las cuentas pendientes y, más aún, recordarles a estos inútiles de Interpol que lo que para ellos no tiene importancia, para Guatemala es y seguirá siendo trascendental.

Ahora tocará tanto al Ministerio Público como a las demás instituciones como Gobernación, recordarle a la Interpol que no solo están para publicar sus bonitos afiches con los que aparentan hacer su trabajo, sino para permitir una globalización de la persecución penal.

Los criminales han trascendido las fronteras y logran “globalizarse” operacionalmente. Mientras tanto los “buenos” tienen que pelear internamente con los ineficientes burócratas como los de la Interpol y con las mafiosas cortes guatemaltecas. Qué pena que entre policías de Interpol y jueces, cuiden a las mafias.

Artículo anteriorLos verdaderos frutos de la corrupción
Artículo siguienteLas obras de Lorca, Valle-Inclán o Unamuno ya son de dominio público