Jorge Mario Andrino Grotewold
* @jmag2010

*Las fechas de fin de año pasaron. Es el cierre de un año fructífero para el país. Sociedad y Gobierno han colaborado para mejorar indicadores de desarrollo que sobrepasan inclusive las mejores perspectivas del Banguat y la Cepal. Ha sido un proceso de construcción razonada, entendida por políticos, burócratas, empresarios, comunicadores, campesinos, estudiantes y grupos sociales diversos. Guatemala logró lo impensable. El inicio de un proceso de cambio.

La sociedad decidió desde el principio del año iniciar todo un proceso de organización social, con pertinencia cultural, entendiendo que Guatemala es una, diversa y desigual, pero que unida puede enfrentar desafíos. Se pidió a líderes políticos, mediante manifestaciones públicas los cambios que se requerían para trazar una plataforma de consensos, orientados técnicamente en políticas públicas. El gobierno del Presidente Morales aprovechó la coyuntura para deshacerse de algunos malos referentes que le hacían sombra, y convocó a una gesta cívica por el cambio. Propuso mediante el diálogo, la implementación de lineamientos estratégicos del cambio, algunos libertarios, otros solidarios, pero ambos concentrados en fortalecer la dignidad y el respeto de los derechos humanos, así como permitir una veeduría social que garantiza la transparencia en la ejecución del presupuesto.

El Congreso se puso a la altura. Ante un inicio de incertidumbre por las nuevas autoridades apoyó fuertemente la lucha contra la corrupción e impulsó una agenda legislativa transversal hacia la reforma a los sistemas electoral, de justicia, tributario, de servicio civil y agrario, entendiendo que su labor es fundamental como parámetro de fortalecimiento de la democracia.

Por su parte, el sistema judicial redujo los niveles de impunidad, y no solamente con aquellos casos mediáticos, sino también con aquellos que afectan al ciudadano común. En coordinación con los encargados de seguridad lograron disminuir las extorsiones a pequeños comercios, así como los niveles de delincuencia.

La economía marcha bien, estable y creciendo, a pesar de políticas contracíclicas que emergen alrededor del mundo. Al interno hay un proceso de generación de oportunidades, que disminuye las migraciones. La preocupación de aspectos socioambientales crece y la consciencia de proteger la naturaleza está presente.

Salud, educación, trabajo y pobreza si bien no se resuelven del todo, denotan mejoría consistente. Al finalizar el año, algunos logros deportivos y el aumento al presupuesto en materia de cultura, genera resultados que brindan esperanza a la población. Una esperanza distinta a la que tradicionalmente se identifica por las épocas navideñas y de fin de año.*

Propósitos de Año Nuevo para el país. Otra Guatemala es posible.

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