Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Procuremos más ser padres de nuestro porvenir, que hijos de nuestro pasado”
Miguel de Unamuno

Un hombre muy sabio que conocí decía: “El tiempo no se pierde, solamente se mal emplea”, si aplicamos esta tesis, podríamos decir que el año que recién está por terminar: ¿Fue perdido, o mal empleado?, quienes acostumbran a ver el vaso medio vacío, dirán que es un año perdido, mientras, que quienes lo suelen ver medio lleno, lo calificarían como un año mal empleado, el gobierno en turno dirá que fue productivo, la oposición si existiera diría que no existió avance alguno.

Veamos, la diferencia entre un año perdido, y uno mal empleado, estriba en que por el tiempo perdido, nada se puede hacer, a diferencia que cuando el mismo es mal empleado, existe la posibilidad de la enmienda, siempre y cuando se tenga el interés de: a) Aceptar que se pudo hacer todo mejor, b) Tratar de enmendar los errores, de cara al futuro, y c) Planificar esa transformación, y ejecutarla inmediatamente.

Desafortunadamente en los tiempos que vivimos, los encargados de realizar el balance de sus acciones, mismas que marcan el crecimiento de todo un país, no aceptarán que el tiempo se perdió, o se mal empleó, y ese es su principal error, nadie se encuentra como ser humano, exento de cometerlos, pero son incapaces de hacerlo, ni los actuales, ni los anteriores inquilinos de las instituciones públicas, sean estos de derechas, supuestas izquierdas, capitalistas o anticapitalistas.

Por ejemplo, la actual Ministra de Salud, que se asume de izquierdas, no ha realizado un mal trabajo, en la cartera que dirige, ha sido sinceramente pésimo, al leer sus declaraciones pareciera que leemos un texto de Gabo, sin embargo, el tema salud, vital para el país, va en retroceso.

En el caso del Ministro de Finanzas, viene de una familia reconocida como de derechas, su gestión ha sido bastante oscura, ya que con un año casi en la cartera, los préstamos siguen estando a la orden del día, sin embargo, las carreteras continúan intransitables, no se han construido nuevas escuelas, ni ha cambiado en nada para bien, la estructura del país, ya que vamos como el cangrejo para atrás, en relación a que los ingresos sean bien administrados.

Del Presidente y Vicepresidente, lo único que se puede decir, es que ha sido más que nada penoso escuchar sus declaraciones, ver sus imágenes, o conocer de sus acciones, algunas caen en la ridiculez, pero, probablemente lo más criticable son las omisiones, son tantas que llenaríamos páginas completas con las mismas, pareciera que pocos ponen atenciones a las mismas, pero probablemente lo más dañino para una sociedad es la inacción de sus autoridades, saber que con simples marionetas de los poderes fácticos de siempre, pero con mayor intromisión en el presente año.

¿Y los gobiernos municipales? El de la capital, ha sido no solamente intolerante, sino que no ha hecho absolutamente nada para mejorar las condiciones de vida del municipio, únicamente cerrar calles y avenidas, o en su defecto estrecharlas, asumiendo en muchas ocasiones que utilizarán las aceras una gran cantidad de peatones, a donde no caminará casi nadie.

El escándalo, minimizado por algunos medios de comunicación, del “negocio” en donde forma parte tanto la Municipalidad, como el gobierno central de Colom, y los transportistas, será seguramente para el 2017 una asignatura pendiente para el ente investigador.

Quienes dirigen los destinos de nuestro kafkiano país, incluyendo los tres poderes, Ejecutivo Legislativo y Judicial, así como los gobiernos municipales, y otras instituciones como la PDH, PGN, y otras han quedado en deuda con la sociedad guatemalteca, podrá calificarse como un año perdido, o un tiempo mal empleado, lo cierto, es que la puerta del tiempo, no les ha agarrado solamente el dedo, ha sido el cuerpo completo.

La historia es inexorable.

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