Ayer publicamos que ya se ha empezado a tejer en el Congreso de la República la receta con la que se intentará bloquear o modificar las reformas al sector justicia con el fin de que se conviertan en algo tan estéril como la nueva Ley Electoral y de Partidos Políticos que solo sirve para tapar el ojo al macho diciendo que se han hecho modificaciones que la población pide.

La verdad es que los diputados simplemente son peones de los poderes paralelos que son los que de verdad mandan en el país y por ello son, en este caso, la instancia operativa del pacto de impunidad que han empujado con Jimmy Morales a la cabeza y con el apoyo del grupito que maneja Blanca Stalling desde la Corte Suprema de Justicia. Es fundamental para esos grupos que la impunidad se garantice.

Y por eso es que los diputados irán a cumplir con esa obligación que han adquirido con quienes les han permitido ocupar su curul sin que haya posibilidad real de interesarse por el futuro del país.

Hay que recordar que el nuevo presidente del Legislativo no es más que un operador que entre Roberto González Días Durán, ex gerente de la presidencia en época de Berger, exministro de Energía y Minas y encargado de la “reconstrucción” del Stan, aliado de Álvaro Arzú a pesar de haberle criticado antes por la turbia forma de ejercer el poder municipal.

Y el otro que asistió a comentarle a la Fiscal General sobre la posible acción del Congreso, fue Felipe Alejos quien llegó a ser cónsul en Miami durante el gobierno de Colom Torres porque su familia hizo donaciones para la campaña y su hermano, Luis, era del grupo cercano a Gustavo Alejos. ¿Alguien podrá creer que estos diputados no tienen intereses de una doble agenda que están obligados a proteger?

La verdad es que en Guatemala les toca cumplir a muchos porque ya tienen empeñada su capacidad de tomar decisiones al haber pactado para acceder a los puestos que “ganan” en las elecciones.

Y si no, basta ver a Jimmy Morales quien llegó sin querer hacer una sola acción de beneficio para el país, aprovechando una coyuntura en que hasta para cualquier mediocre hubiera sido sencillo ejercer un liderazgo desde el Ejecutivo. Eso sí, había que llegar sin cadenas y con las manos limpias para eso.

Esta será una nueva etapa del cumplimiento del pacto de impunidad que hemos venido denunciando, y evidentemente cumplirán con su obligación de garantizar que el sistema se mantenga y que la justicia se entrampe.

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