Félix Loarca Guzmán

Las santas palabras de Jesús de “Amaos los unos a los otros”, llevan implícita una exhortación y el anhelo de vivir en paz, con mucho amor y ayudando al prójimo para la construcción de un mundo mejor.

Desdichadamente, parece que algunos o muchos seres humanos no oyeron bien y probablemente entendieron al revés: ¡Odiados los unos a los otros!, dando lugar a las condiciones de violencia, incomprensión, pobreza, corrupción galopante, tráfico de drogas y de seres humanos.

Actualmente, gran parte del mundo está de cabeza. Lo único que muchos buscan en forma desenfrenada es el dinero para salir adelante en esta sociedad ingrata donde lo que abunda es la pobreza, la falta de educación y de salud, el desempleo, el hambre y la exclusión social, como un síntoma irrebatible en que el sistema capitalista ha comenzado a derrumbarse.

Cada año se repite la historia. Las intervenciones bélicas del Águila Imperial en naciones subdesarrolladas para apoderarse de sus riquezas naturales, se siguen produciendo en el marco de una asombrosa impunidad y en abierto atropello al Derecho Internacional.

En las vísperas de la Navidad muchas personas añoramos un mundo en paz y de reconciliación, en donde puedan imperar la generosidad y el amor.

Hasta en el Estado Vaticano, sede de la Iglesia Católica, se respiran vientos de intrigas y conspiraciones. El periodista Bernardo Barranco del periódico La Jornada de México, escribió un interesante artículo sobre la materia, el cual fue reproducido el pasado 17 de diciembre en la Revista Electrónica con Nuestra América que se edita en Costa Rica.

En su artículo, el autor revela que desde su llegada, el Papa Francisco ha resultado incómodo a la Curia Vaticana. Recuerda que el Papa argentino ha marcado discontinuidad con muchos privilegios de la burocracia vaticana. En general, el analista señala que, el ascenso de la derecha conservadora en Europa y el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos han alentado la oposición interna conservadora católica.

Añade que en el presente año, Francisco ha estado bajo el acecho conservador. Clérigos, intelectuales y periodistas han salido a la luz pública para asediar al pontífice argentino.

A pocos días de la Navidad es deseable que cada uno de nosotros abra su corazón para hacer realidad las palabras de Jesús.

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