Carlos Guillermo Soto

“El problema del Menor es el mayor”

Atomizar: (verbo transitivo)
1. Dividir algo en átomos o en partes muy pequeñas.
2. Pulverizar un líquido en partículas muy pequeñas.

Una sociedad atomizada es aquella donde el individuo está aislado frente a una colectividad anónima que lo obliga a buscar su propia forma de inserción social, en respuesta a las condiciones impuestas de exclusión y segregación propias de ésta época, que desplazaron a las expresiones tradicionales de pertenencia social obligada.

La crisis de la educación es una expresión particular de la pauperización total de la estructura social, el sistema político, la familia, los valores y creencias; provocando exclusión y criminalización de algunos grupos sociales. La educación integral es fundamental para enfrentar ésta problemática; hay que replantearse las interrogantes esenciales de sus fines, de quiénes deben asumir la responsabilidad de formar a las nuevas generaciones, de qué legado cultural y de valores vamos a transmitir.

Oigo y leo con una mezcla de asco y enojo iniciativas de Ley, comentarios y opiniones escritas , que criminalizan al menor de edad, que incitan al odio y a endurecer penas y castigos contra él, y la cosa no es tan simple; al niño o adolescente menor de 18 años de edad que infrinja la ley se le deben aplicar medidas socioeducativas acordes a la falta o dado el caso, privación de libertad, pero en lugares adecuados que busquen como fin único su readaptación e inserción social, no como en la actualidad donde son violados, hacinados, sometidos a tratos crueles e indignos. Toda medida debe ser aplicada según la gravedad de la infracción.

El menor en conflicto con la ley es producto de la indiferencia estatal, que lo desatiende e invisibiliza, que no le garantiza seguridad, salud ni educación de calidad, que no le provee de recreación, acceso al deporte y al arte.

En los países en los que se disminuyó la mayoría de edad penal no hubo reducción de la criminalidad.
La tasa de reincidencia delictiva en Guatemala actualmente es de más del 90%; lo que refleja la desidia y fracaso estatal en rehabilitar a los privados de libertad y la inexistencia de una política penitenciaria.

La ONU informó que en el Sistema Penitenciario de Guatemala existe una sobrepoblación, en los centros de reclusión están hacinados 20 mil 760 presos, de los cuales casi 10 mil están en prisión preventiva con una capacidad de los mismos de 6 mil. Nuestro sistema carcelario ya no soporta más detenidos.

Reducir la mayoría de edad penal es tratar el efecto y no la causa. El castigo debe enfocarse en los mayores de edad que utilizan a menores para realizar las fechorías.

Nadie nace delincuente o criminal. Un joven ingresa a la delincuencia debido a muchos factores y en algunos casos por la presión consumista social.

El doble rasero de este país, donde un genocida –que se hace el “chusema”– no será condenado ni juzgado porque “pobrecito ya está viejito y mentalmente no apto para volver a enfrentar juicio y donde quieren que un niño sea imputable para que aprenda

la lección y se responsabilice de su actos… que lindura “a Dios rogando y con el mazo dando”.

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