Edith González
Con diciembre la alegría de las fiestas de fin de año ya presente, nos anuncia que un año está por terminar y otro empieza, para hacernos nuevas promesas, para cumplir metas, para construir sueños, para tener una nueva y mejor vida.
El 2016, fue un excelente año para los guatemaltecos que se sometieron al proyecto de Educación Acelerada del Hospital Roosevelt y de los Bomberos Municipales Departamentales, asociado a ISEA, La Escuela en su Casa. Ellos: Sofia Alonzo, Alicia Ajanel, Lucrecia Arreola, Oscar Arrecis, Hilda Curruchich, Verónica García, Carmen Mazariegos, Aldy Matheu, Sandra Mota, Dilia Muchuch, Rocío Pérez, Jairo Ramírez, Lesvi Ramírez, Mario Santiago, Mario Sequén, Cristian Barrios, Boris Culajay, Aura García, Jesús Méndez, Rosa Ochoa, Blanca Paredes, Juan José Ramos, Ana Santos, Alejandra Soto, Betzabé Zacarías, Elda Zacarías, Elia Zacarías, Orfa Zacarías y Edwin Guerra, al igual que muchos guatemaltecos buscaron y cumplieron su sueño y hoy pueden decir soy Bachiller en Ciencias y Letras por Madurez.
Claro que debieron hacer un tiempo en sus vidas, sacrificar sueño, familia y diversión, porque fueron muchas las actividades que debieron realizar, además de tareas, estudiar y asistir a clases. Participaron en un seminario con el tema de “Seguridad alimentaria y nutricional” que les llevó a investigar temas asociados, como la gobernanza de la salud, analfabetismo, lavado de manos, Canasta Básica Alimentaria y otros.
Uno de los temas que más les llamó la atención fue el de la nutrición, pues se fueron dando cuenta cómo es que en nuestro país hay muchas personas que padecen de desnutrición severa y cómo muchos niños mueren por ello, sin recibir ayuda, porque los padres asumen que así es, y así ha sido, pudieron también conocer cómo es que si tenemos suficiente alimento, pero que lo tenemos mal distribuido, cómo es que podemos evitar enfermedades alimentándonos mejor de lo que lo hacemos organizando nuestra dieta, evitando el consumo de comida chatarra y consumiendo más frutas, verduras y haciendo ejercicio.
Un descubrimiento importante fue conocer que en nuestro país tenemos ya muchos alimentos fortificados y cuyo consumo nos ayuda a vivir mejor. Un hallazgo significativo fue aprender sobre los compuestos y beneficios del consumo de la Incaparina, una bebida que se inventó en 1959 por el doctor Bressani para suplir la energía aportada por carnes y leches, que además es barata, accesible y tiene diversas presentaciones, puede ser utilizada incluso con bebes cuyas madres no pueden dar de lactar, por diversas razones o situaciones propias del bebé y es conocida mundialmente.
A través de Central de Alimentos los estudiantes obtuvieron Incaparina que entregaron a los asistentes a sus pláticas sobre Seguridad alimentaria y nutricional, actividad que les puso en contacto con su comunidad y trasladarle conocimientos obtenidos a lo largo de su trabajo de investigación, además de poner en práctica el consumo de una dieta balanceada conteniendo alimentos fortificados, incluyendo Incaparina.