Raymond J. Wennier

En los últimos meses, se ha comentado en medios de comunicación social sobre los problemas relacionados al IGSS y a los servicios, que por misión y por ley, tiene que proveer.

Tengo algunas preguntas que hacer y no tengo las respuestas correspondientes, que creo, deben ser publicadas para que la población sepa la realidad de las cosas en relación al IGSS.

En los últimos años, más de un funcionario del Instituto en mención, ha sido acusado de actos administrativos anómalos durante su gestión al frente de la institución. A toda luz, eso significa que hay que repensar si se está cumpliendo con la visión, misión y objetivos originales establecidos por el IGSS.

Sin embargo, hay otro aspecto que cuestionar y es: ¿Cuánto de intereses me debe el Estado y cuánto específicamente, el gobierno actual por una cuenta acumulada a lo largo de los años y diferentes gobiernos, por el dinero que le he prestado al pagar mi cuota del IGSS? Sí, soy “financista” del Estado cuando pago mis cuotas mensuales calculadas de acuerdo al monto de mi salario.

Si el pueblo asalariado está financiando al Estado, al gobierno si fuera el caso ¿qué tasa de interés está ganando ese dinero? ¿Cómo se les llama a quienes cobran un dinero y no pagan sus deudas?

La SAT tiene un término especial, “apropiación indebida”. La SAT ha puesto sus esfuerzos en recuperar dinero de empresas e individuos que por años han evadido pagar impuestos correspondientes. Pero, no he visto que la SAT, ni la Contraloría General de Cuentas, estén atrás de quien evade pagar lo adeudado al IGSS, cuando ya recibió el dinero de todos los afiliados.

Si el IGSS tuviera todo el dinero que se le adeuda, que según el Periódico digital Nómada, es de 31 millardos, más 8 millardos en seguros privados, podrá dar atención médica del más alto nivel, comparable a otros sistemas en países económicamente más eficientes. Daría atención PRONTA a los pacientes y no dejar hoy, una cita para dentro de seis meses, tiempo en el que el paciente-usuario podría agravarse o morir.

Ese tipo de atención significa tener inventarios actualizados y existencia de medicamentos para todas las personas que necesitan los servicios del IGSS, ya sean por edad, enfermedad, y que los jubilados reciban una remuneración mensual digna de quien por tantos años ha sido “financista” del gobierno.

Como ejercicio mental ¿Cuánto se le adeuda al IGSS? ¿Qué interés bancario se puede usar, 8% anual? ¿Cuántos serían los intereses mensuales como producto de esa inversión? ¿Qué podría hacerse con ese dinero para mejorar el sistema del IGSS?

Si hay personas acusadas de manejo deshonesto durante su gestión, ¿qué hacer para evitar que personas como ellos lleguen a dirigir el IGSS? ¿Cuándo va el Congreso a autorizar en el Presupuesto anual de la Nación, un porcentaje importante como abono a la deuda?

La próxima vez que vea estadísticas sobre la desnutrición en niños menores de cinco años, recuerden que el gobierno adeuda millardos de quetzales al IGSS. La próxima vez que un médico dé una cita para dentro de cuatro meses, piense en la deuda del Estado al IGSS; lo mismo haga cuando le dicen que no tienen la medicina que usted necesita, que mejor la compre por su cuenta.

Ni el IGSS, ni el gobierno, ni el Estado de Guatemala, como instituciones sociales, son culpables. Son las personas asignadas al manejo de ellas, son las personas sin valores y muchas veces sin capacidad, que llegan a dirigir las instituciones, las responsables del caos que hoy vivimos.

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