Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

Entramos en el último mes de este 2016, el año que ESTABA para ser el “año del cambio” y nos damos cuenta de que seguro estamos igual sino es que peor de lo que estábamos el año pasado porque las mafias, los poderes ocultos, los que no desean cambios y más oportunidades para el resto, están ahí, fuertes, empoderados, unidos y lejos de ser derrotados.

Los que queremos una Guatemala diferente seguimos luchando y justamente por eso esta semana participaré en un encuentro con migrantes en Washington DC porque no puede ser que la gente siga siendo nuestro mejor producto de exportación y que como mandan miles de millones en remesas, estemos muy cómodos con esos envíos sin importar a que costa.

Y no deja de llamar la atención cómo el Presidente que dijo ser diferente, ha hecho un calco de su antecesor y ha repetido actos de otros cuestionables personajes de la vida nacional.

Mi padre señalaba hace unas semanas la forma en la que Morales hizo una copia al carbón de lo que hizo Otto Pérez en el caso de TCQ, puesto que también ha usado a la Procuraduría General de la Nación (PGN) como un brazo operativo para fragurar el negocio y a otro Interventor parecido a Allan Marroquín, para abogar por TCQ y hacer presión.

Luego, tipo la Baldetti fue a recibir un honoris causa que da risa, pero también indignación porque se le premió “por su lucha contra la corrupción”. Los otorgantes del premio le restaron para siempre mérito a ese honoris causa y pareciera como que Steve Harvie, aquel famoso conductor que se confundió al anunciar a la miss universo, les hubiera hecho el anuncio de que el premio debía ser para Morales.

Y por último, se echó la de Blanca Stalling porque cuando las cosas aquí estaban color de hormiga y tras haber empeñado su palabra diciendo que apoyaba las reformas al sector justicia, agarró sus petacas para hacer un viaje casi de amigos y familia, cuando en realidad el juego ya estaba cocinado y FCN, junto a otros que también dijeron apoyarlas, hacían de las suyas para bloquear los avances.

Morales usa las redes para muchas cosas, pero por supuesto que para esto de las reformas no dijo ni pío porque el cinismo no le dio para tanto, pero se confirmó como el gran operador.

Los guatemaltecos nos confundimos con Morales y no solo porque resultó de la vieja guardia sino porque nunca vimos la capacidad que iba a tener para tejer todo un entramado para cooptar al Estado y lograr que los tres poderes del Estado operen fortaleciendo al sistema y escabechándose cualquier esfuerzo.

Por eso es que no vemos a nadie en su gobierno saliéndose del guacal con cosas nuevas y en pro de la transparencia y a pesar de todo lo que rodea a Morales, lo sigue salvado que muchos le tienen más miedo a Jafeth Cabrera por sus vínculos pasados y presentes.

De tal manera que el pacto de impunidad tendrá carretera asfaltada por unos buenos kilómetros más mientras que nosotros, los ciudadanos, sin darnos cuenta estamos ahí en la orilla alentando la podredumbre, ofreciendo agua a los actores para que sigan como si estuviéramos presenciando la alegre Vuelta a Guatemala.

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