Es increíble la capacidad que tienen los funcionarios del gobierno, empezando por el mismo Jimmy Morales, para convertir en turbia y oscura cada una de las acciones que llevan a cabo.

Desde cosas como el secretismo que quieren mantener dentro de Casa Presidencial, las citas para “negociar” la aprobación de Terminal de Contenedores Quetzal, la elección de la Junta Directiva del Congreso de la República y hasta un viaje a Israel con el que Morales quiso agradar a toda su parentela, mientras el vocero, que ya sabemos de qué pie cojea, vuelve a querer ocultar hechos que tendrían que haber sido informados claramente, sin vueltas.

Morales llegó al poder como una reacción de la sociedad ante el cansancio de la población por el descaro de los políticos, la corrupción de Otto Pérez y Baldetti, encarnados en los candidatos que encabezaban las encuestas, Sandra Torres y Manuel Baldizón.

Con ese cansancio de la población, se hizo el efecto como el reciente de “Trump” de permitirle cualquier cosa a un candidato que no pintaba como político y cuyo rol público como cómico lo hacía aparentar ser lo más distante de las prácticas tradicionales del sistema.

Pues terminó siendo que Morales, su equipo y sus prácticas son iguales a las que ya conocíamos de la vieja política. Y para que no nos quede la menor duda, solamente tenemos que recordar que quien no es honrado en lo poco, tampoco lo será en lo mucho.

Este gobierno ha permitido escándalos de todo tipo. Desde un ministro con ínfulas de realeza que usa el Palacio Nacional como que fuera el salón del Porvenir de los Obreros; pasando por el hermano del Presidente que pide reuniones y gira órdenes sobre funcionarios; asesores “ad honorem” que entran a empujones al Congreso para gozar de inmunidad, etc.

Este gobierno ha tenido la capacidad de convertir todo lo que hace en grandes signos de interrogación. La arrogancia de Jimmy Morales se refleja en las decisiones de sus funcionarios de gobierno y, a la vez, nos muestra que son un grupo que intenta siempre sacarle provecho al Estado aun en los temas tan sencillos como una visita de Estado.

Por ello es que casos e impertinencias como la necedad de impulsar TCQ nos genera en La Hora dudas muy profundas. Cuando la corrupción ha sido la sombrilla en un caso como ese y vemos que los funcionarios no solamente mienten sino que toman ventaja de cuanto les queda cerca de las manos, nos tiene que generar mucha preocupación un gobierno tan turbio.

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