Edith González

La época de fin de año es un tiempo propicio para viajar, descansar y conocer; o reconocer y reencontrarse . El descanso de los escolares y de los universitarios permite a las familias estar más tiempo juntas y compartir. También invita a viajar, como dice el Inguat, por un país mágico, lleno de colorido y tradición.

Así, con mi familia enfilamos el fin de semana hacia Cobán Alta Verapaz, la tierra de Carlos V. Transitar por una ruta en reparación y construcción, no es lo mejor, porque claro las paradas y esperas no tardaron en aparecer. Un inconveniente que pronto olvidaremos al tener una carretera de varias vías. Al final de cuentas es el precio del desarrollo gracias a Taiwán.

El cambio de temperatura y la vegetación nos anunciaron que estábamos llegando a nuestro destino, en donde pronto se llevará a cabo el certamen Nacional de Orquídeas. Por supuesto en el mejor lugar de su cultivo y en donde nuestra amiga Blanca tiene una inmensidad de bellezas, quien además de ello pronto será nuevamente abuela, cuando Emilia la hija de su hijo Diego y su esposa Dámaris abra los ojos, para estar entre nosotros. Una niña querida y esperada con mucho amor, por lo que sus familiares y amigos nos reunimos para darle la Bienvenida y su bisabuela Alma al orar por ella expresó: En ti Padre Santo están todas nuestras fuentes. Nos has enviado un regalo deseado y soñado, una niña ha llegado al banquete de la fiesta. ¡Sea bienvenida! ¿Con qué palabras te daremos las gracias?

Gracias, por sus ojos y sus manos,
Gracias por sus pies y su piel,
Gracias por su cuerpo y su alma.

Por supuesto el famoso chipi chipi estuvo presente durante nuestra visita a esa hermosa tierra, en donde lamentablemente también nos contaron que la gobernadora está propiciando las invasiones de tierras, privadas y del Estado incluyendo áreas protegidas, lo que por supuesto nos pareció terrible, ya que sin apartarnos de la necesidad de tierra que todos tenemos, no creo prudente que se den las invasiones y menos que una funcionaria del Estado las promueva.

La conflictividad por la tierra en esa región es muy grande y quizás podríamos decir hasta ancestral, porque los campesinos consideran que porque sus abuelos vivieron allí las tierras les pertenecen, no les importa, ni quieren saber si eran campesinos, trabajadores de los dueños de la tierra o realmente propietarios, lo que ocurre poco, Y el Estado mismo no ha sido capaz de intervenir en los conflictos aunque sea levantando el famoso censo catastral del que hemos estado escuchando ya hace mucho.

Aunque también descubrimos un Cobán más desarrollado, pudimos ver las ventas de cardamomo y probar muchas de sus combinaciones: en pastel, con café, con té, en dulce y por supuesto subir esas interminables gradas para llegar al calvario.

Y visitar el área del bosque nuboso. Aunque como siempre lo mejor del viaje es el reencuentro con los amigos, las charlas interminables mientras sorbemos una taza de café de la región en el Hotel Alcazar Doña Victoria, los sueños para el mejor futuro de los hijos y las esperanzas por una patria mejor.

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