Ayer el juez que tenía a cargo la investigación de la muerte de Pavel Centeno, ex ministro de Finanzas, tras evaluar los informes del Inacif sobre las circunstancias en que ocurrió el deceso, clausuró el caso al constatar que fue un suicidio, tal y como se supo desde el principio cuando se conocieron detalles de la forma en que se produjo el infortunado incidente.

La forma en que reaccionó el licenciado Centeno al salir armado de su residencia cuando se iba a realizar un allanamiento en busca del propietario del inmueble que él tenía en arrendamiento, disparando contra el fiscal que dirigía el allanamiento (quien iba desarmado y cuya vida estuvo en peligro) y contra un agente de la PNC que también fue herido y no respondió al fuego, nos pareció desproporcionada, aun entendiendo que por su pasado como ministro a cargo de las finanzas en el gobierno de Otto Pérez Molina podría haber sentido algún temor de que la acción judicial fuera en su contra. Pero la explicación que dio el Inacif respecto al nivel de alcohol en la sangre puede ser una respuesta para entender por qué sobrerreacción al punto de intentar matar a los dos miembros de la autoridad que cumplían con su deber y posteriormente quitarse la vida con un balazo que ingresó en el paladar de la víctima y salió en la parte superior del cráneo.

En La Hora lamentamos ese trágico incidente tanto por la pérdida de la vida del licenciado Centeno como por las heridas muy graves que sufrieron los agentes. Al ver los videos en donde se observa la actitud del exministro retando a los policías luego de haber disparado cuatro veces contra quien él supuso que llegaban a detenerlo por algo relacionado con su función pública, advirtiéndoles que a él no se lo iban a llevar, es una muestra de cuán inestable era su estado emocional en una reacción verdaderamente insensata, aún en el caso de que la diligencia judicial hubiera sido realmente en su contra.

Obviamente el tema sirvió para que se levantaran acciones contra la Comisión Internacional Contra la Impunidad y contra la Fiscalía encargada del caso del Banco de los Trabajadores, puesto que no es secreto que existen sectores que se sienten afectados por los trabajos de esos entes en contra de la eterna impunidad que ha privado en Guatemala, pero una minuciosa investigación del Instituto Nacional de Ciencias Forenses arroja conclusiones muy claras y categóricas que debieran poner fin a las especulaciones.

Reiteramos nuestro pesar por la muerte del licenciado Pavel Centeno en circunstancias tan dolorosas.

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