Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser”
Hesíodo

Nunca podría alegrarme de la muerte de alguien, hay que reconocer que todas las vivencias aclaran el pensamiento, y convierten en maduro al inmaduro, por eso hoy no puedo dejar de escribir sobre la muerte de un hombre, que no pasó indiferente en la historia de la humanidad, pueden bailar porque murió, o llorarlo, pero indiferente no.

No soy partidaria, en lo más mínimo, del autoritarismo en ninguna de sus manifestaciones, sin importar el objetivo de las mismas, ya que soy auténticamente democrática, sin embargo, he de reconocer que mientras en este país nos creemos “soberanos”, recibiendo órdenes del gigante del Norte hasta para las cuestiones domésticas más sencillas, aupada esta situación por derechosos e izquierdosos, dependiendo del cristal con que se vea el fondo, y las consecuencias de las órdenes recibidas, unos las aplauden y otros no, pero de soberanía nada.

De la Cuba de Fidel son plausibles varios aspectos en los que acá somos debiluchos en demasía, uno de los más importantes es la desnutrición, mientras en Guatemala, uno de cada dos niños sufren de desnutrición, en la isla que vivió una revolución, no existe la desnutrición, eso ya es una ganancia inmedible, que todos los niños tengan un pan diario sin distinción alguna, no sé si lo veremos en el país, pero si existe un país caribeño en el que no existe más que en los diccionarios la palabra desnutrición.

La salud, mientras acá vivimos con un enorme déficit en salud, por ejemplo si tiene un accidente de tránsito y no tiene seguro, irá a mal morir a cualquiera de los dos únicos hospitales con los que contamos en la capital, si vive en el interior, y no tiene recursos económicos, morirá por falta de atención, y si bien le va será trasladado a la capital, donde difícilmente sobreviva, en Cuba eso no sucede, los médicos de ese país son de los mejores, muchos jóvenes guatemaltecos fueron beneficiados con becas en ese país, y regresaron preparados para afrontar cualquier enfermedad, adicional a los médicos cubanos que han venido a servir al país, muchos en esta Guatemala que calla cuando conviene han viajado a ese país a curarse de enfermedades que en otro país no lo hubieran logrado, y con un mínimo de inversión.

La educación, es uno de los tesoros mejor cuidados en el país caribeño, la enseñanza ha sido uno de los pilares de quienes viven allí, hace algunos años tuve la experiencia de asistir a un encuentro de universitarios de Latinoamérica, y los cubanos eran muy preparados, excelentes oradores, pero ante todo sabían de lo que hablaban, estábamos en Sao Paulo, y mientras nuestros jóvenes representantes se fueron a Río, los cubanos y los de otros países más se enfrascaron en excelentes debates sobre la importancia de la educación universitaria gratuita, y el daño de su privatización.

Pero como no todo en la vida es miel sobre hojuelas, la falta de libertad de locomoción, no poder salir fácilmente del país, solamente si es relacionado con el arte que es otra de las riquezas de Cuba, durante todo el mandato de Fidel, la mayoría de los cubanos, especialmente los jóvenes, se sintieron atrapados sin poder conocer el mundo, y no hay joven que no tenga el sueño de recorrer sino el mundo, por lo menos a los vecinos, y eso les faltó a ellos, un alto porcentaje lo aceptó, pero no todos los seres humanos somos iguales, menos los jóvenes, hay unos más aventureros y otros menos, pero un 99% sí quiere vivir la aventura del viajar y experimentar nuevas emociones, en eso falló el Comandante, cortarle las alas a un ave, es lo mismo que matarla en vida.

Con todo y sus pros y contras, una cosa sí es cierta, hay un orden mundial antes y después de Fidel Castro, el único que se enfrentó al impero, se mantuvo, no agachó la cabeza, el mundo entero reconoce la importancia del legado de la época de Fidel, podrá ser odiado o admirado más nunca indiferente.

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