Félix Loarca Guzmán

La reciente victoria electoral del magnate inmobiliario Donald Trump, como nuevo presidente de Estados Unidos, no solo hizo temblar a los mercados financieros internacionales, sino intensificó el temor y la preocupación entre los varios millones de inmigrantes de diversas nacionalidades que se encuentran de manera irregular en el territorio norteamericano.

Sin duda, la retórica antinmigrante y racista del candidato del Partido Republicano, presagia nubarrones grises en el horizonte para el futuro del pueblo estadounidense y del mundo entero, al grado que podría acelerar el ocaso del capitalismo como sistema económico dominante, ya debilitado por las guerras, los altos niveles de delincuencia, pobreza y los grandes flujos migratorios que actualmente sacuden a varios de los países de Europa.

Trump quien rompió todos los pronósticos electorales, puso al descubierto la perversa manipulación de las empresas promotoras de encuestas y de los principales diarios de Estados Unidos, que daban como ganadora a la señora Hillary Clinton, abanderada del Partido Demócrata.

Trump quien será el nuevo inquilino de la Casa Blanca a partir del próximo 20 de enero cuando tomará posesión, ha fijado tres prioridades de su futuro gobierno de cuatro años, como son: la inmigración, la salud pública y la creación de empleos.

Hay que recordar que el centro de su campaña política fue la inmigración, anunciando su determinación de construir un muro en la frontera con México, para impedir el ingreso de los inmigrantes de América Latina y de otras regiones del mundo.

En Estados Unidos hay alrededor de once millones de personas extranjeras en situación migratoria irregular, de los cuales más de un millón son guatemaltecos.

En sus primeras declaraciones, el presidente electo, aseguró que una de sus acciones prioritarias, será la deportación de unos tres millones de extranjeros, con antecedentes criminales.

El triunfo electoral de Donald Trump acentuó la polarización política en Estados Unidos, pues miles de personas han salido a las calles durante los últimos días, señalando que no lo reconocen como su presidente.

Se estima que de producirse una deportación masiva de nuestros compatriotas, ello significaría una verdadera catástrofe social y económica para Guatemala.

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