Cuando nos damos cuenta que los principales temas del país confirman que el principal interés de quienes ejercen el poder es volverse más poderosos y ricos en lugar de servir mejor a la sociedad, confirmamos nuestro retroceso.

Y, además, tenemos muchos ejemplos, como un gobierno que considera forzar a que no se apruebe el proyecto de presupuesto para el año entrante porque es más fácil hacer transferencias desde el 2016. Otro ejemplo es que un presidente se vuelve, junto a la Procuradora General de la Nación un interventor judicial, en artífice del aval a uno de los más sucios negocios que se haya conocido en Guatemala.

No digamos que Morales, mientras el mundo entero aplica política de puertas abiertas para la transparencia, decide vedar accesos luego de que se publicaron fotos del hermano del Presidente rondando en la Casa Presidencial pese a la investigación en contra suya y del hijo del mandatario.

Vemos a un alcalde que en el mismo país en el que la gente se sigue muriendo de hambre y violencia; en que el sector justicia no ha logrado alcanzar a todos los que debe y donde la corrupción, como sus privatizaciones, se volvió la práctica normal para amasar millones, dice que vivimos en una nación “próspera”.

Resulta que anuncia el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que habrá más deportaciones desde su país, y el Canciller en lugar de iniciar una completa ofensiva a favor de los más importantes actores de la economía del país, la comunidad migrante, se siente satisfecho con un viajecito pidiendo que no se alteren de más. Hay quienes dicen que hay una ofensiva diplomática nuevamente contra la CICIG en Nueva York. ¿Eso será lo que consume el tiempo a Carlos Raúl Morales?

Se quiere intentar fortalecer el sistema de justicia y ello implica la universalidad de la ley. Lastimosamente, hay quienes quieren ponerle rostro tolerante los que, como el exministro Juan Alberto Fuentes Knight, quieren pintarse como grandes académicos olvidando que han sido parte del problema. Ya veremos con el tema del Transurbano qué le depara a dicho personaje pues de ello depende el futuro de la lucha contra la corrupción.

En fin que terminamos siendo un país al revés y terminamos dando un ejemplo con todo lo que ha sucedido desde el año pasado y que en lugar de terminar con una avalancha social para forzar cambios reales, terminó con la tolerancia social para que se fortalecieran las estructuras que nos tienen secuestrado como país. Triste realidad, que vayamos en tal retroceso.

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