Rolando Alfaro Arellano

Hasta 1821 Gran Bretaña se consideraba solamente usufructuaria de los territorios concedidos por los tratado de 1783 y 1786.
Alberto Herrarte

Alberto Herrarte, en sus investigaciones, nos aclara que, además, del pensamiento antes descrito, el Libro Blanco, indica que Gran Bretaña como únicos títulos invocaban la vigencia de aquellos tratados y que aún no habían traspasado las fronteras del río Sibún hasta el Sarstún, por lo menos ostensiblemente.

Luego, el investigador citado señala que se refiere al escritor, también citado en otros de estos artículos, José Luis Mendoza, en su texto Inglaterra y sus pactos sobre Belice, pág. 75, que el tratado de Amiens fue confirmado por el tratado de amistad y comercio celebrado en Madrid el 24 de agosto de 1814 entre las coronas española y británica, que renueva los tratados anteriores, inclusive los pactos de 1783 y 86, con todas sus restricciones.

Lo últimamente escrito, lo reitera el Libro Blanco, cuando dice: Los pactos angloespañoles fueron revalidados por el gobierno de la Gran Bretaña, en tratados formales con España en 1802 y 1814, en los cuales no se ensancharon los confines de la concesión de 1786.
Como lo podrán colegir mis estimados lectores, los gobiernos relacionados habían aclarado ser usufructuarios de nuestro territorio de Belice. Ello nos refresca la memoria, a propios y extraños, que la verdad le asiste a la República de Guatemala, pero que lamentablemente los gobiernos derivados de la Constitución Política vigente, únicamente se han dedicado a problemas fáciles que los encaminen a no involucrarse en hechos que signifiquen grandes trabajos.

En ese sentido, debemos reparar en la débil formación académica de los futuros egresados de las Casas de Estudios Superiores, en donde se evidencian descuidos en la formación humanística integral de sus egresados.

Por último, no nos extrañe escuchar en los variados recintos universitarios un lenguaje vulgar de los que creen ser futuros profesionales de nuestro país.
Continuará

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