Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

El prohibir totalmente la importación de vehículos usados es una de las disposiciones más acertadas que puede tomarse. Los únicos que van a protestar son aquellos que se han dedicado a comprar chatarra en Estados Unidos, a traerla, repintarla en Guatemala y venderla, sin importarles el daño ecológico que le hacen al país y gastos de divisas que tan necesarias son para que la economía se desarrolle de forma positiva.

En la ciudad capital, el alcalde puede y debe crear vías rápidas, mediante la empresa privada, vías que mediante el cobro de peaje serían tan rentables como lo es por ejemplo la autopista de Palín a Escuintla. Varias de esas vías tendrían que ser subterráneas, construirse debajo de algunas de las actuales avenidas.

Estas soluciones se han aplicado en Chile y por supuesto en Estados Unidos, como lo saben los miles de guatemaltecos que viajan a Miami y que se desplazaban por esas vías rápidas que permiten ahorrar tiempo, combustible y liberan el centro de la ciudad de la saturación de tráfico en muchos sentidos.

Claro está que es más fácil e inclusive mejor negocio sembrar florecitas y plantitas por todos lados que asumir los verdaderos retos que la ciudad de Guatemala tiene, y que no han sido abordados por las autoridades municipales a pesar de los varios períodos en los que se les ha confiado la administración de la ciudad.

No puede pretenderse que solo limitando los horarios de ingreso al transporte pesado del país se va a resolver el problema del tránsito en la ciudad. Si bien se puede decir que cuatro automóviles ocupan el mismo espacio que un  tráiler, no debe ignorarse que cuatro automóviles que normalmente pueden ser conducidos y ocupados por una sola persona tienen la misma importancia que un tráiler que ingresa a la capital con 45,000 libras de productos para el consumo de la población, o ingresa con 8,000 galones de combustible que abastecerán a por lo menos a 300 vehículos.

En conclusión, la alcaldía de Guatemala es la responsable de resolver el problema de la saturación de tránsito, pero no debe hacerlo exclusivamente sacrificando a los trabajadores y a los empresarios del transporte pesado, sino estableciendo limitaciones para la circulación de automóviles y así ser salomónica en su proceder; además debe pedirle al Congreso de la República, especialmente al diputado que el partido del alcalde Arzú logró que se eligiera,  que presente una iniciativa para prohibir definitivamente la importación de automóviles y camiones usados para reducir la saturación de vehículos y además dejar de ignorar que en la ciudad de Guatemala se requiere modificar algunas de las arterias para convertirlas en vías rápidas, como lo hicieron con el Transmetro donde crearon vías exclusivas.

Por ejemplo, la vía del ferrocarril que no se utiliza podría convertirse en una autopista para el transporte pesado, lo que permitiría que el mismo atravesara la ciudad, de extremo a extremo, y solo tuviera salidas específicas para abastecer a los usuarios.

También debería de concedérsele el horario de 24 horas al transporte de combustible y víveres, logrando así que los abastecimientos esenciales que se consumen día a día no tuvieran limitación, no es lo mismo un furgón cargado de productos de maquila que un vehículo con gasolinas, diésel o alimentos de consumo diario.

¡Guatemala es primero!

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