Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Un importante colectivo de organizaciones sociales emitió ayer un comunicado rechazando lo que calificaron como un pacto de impunidad y a favor de la corrupción alrededor de todo lo que se está fraguando con la elección de la nueva Junta Directiva del Congreso de la República, lo que demuestra que, al fin, sectores ciudadanos están entendiendo la dimensión del esfuerzo que se está haciendo para destruir todo el trabajo que se inició hace casi año y medio cuando se destapó el Caso “La Línea” hasta llegar a lo más profundo de la Cooptación del Estado, muestra categórica de cómo es que ha venido funcionando el sistema para beneficio de los políticos y de sus financistas que se reparten millones del dinero público que debió usarse para atender las necesidades de la población.

No es que entre la elección de García Rodas o Taracena haya en realidad alguna diferencia porque persiguen lo mismo con la única salvedad de que cada uno representa distinto proyecto político pero también representan, con toda propiedad, a lo más putrefacto del sistema nacional. Lo que estamos viendo es un esfuerzo desesperado de los poderes fácticos para reagruparse y fortalecerse luego de los golpes que les propinaron las investigaciones sobre la forma en que han manoseado el ejercicio del poder político. Van tras la destrucción del esfuerzo de la comunidad internacional, muy bien implementado además internamente por la actual jefa del Ministerio Público, aprovechando que la ciudadanía se conformó con ver en la cárcel a Baldetti y Pérez Molina, con sus socios, sin entender que ellos son parte de un juego que se ha repetido desde 1986 con todos los gobiernos cooptados por sus financistas y dedicados a la corrupción. De eso no se salva nadie.

El hecho de que un grupo importante de organizaciones advierta a los guatemaltecos lo que está en juego, que va más allá del reparto de privilegios y del mismo control del Listado Geográfico de Obras, es importante porque estamos en una coyuntura en la que, si no entendemos la dimensión del peligro, se van a posicionar de tal manera que sea imposible salir de la podredumbre por las vías pacíficas y normales. Y están apostando a que el pueblo muestre sangre de horchata porque saben que la indiferencia de la población ha sido y puede seguir siendo el principal aliado de las fuerzas más tenebrosas que ahora preparan una contraofensiva sin precedentes que incluirá la utilización de todos los medios y los recursos para anular el esfuerzo contra la impunidad y la corrupción.

Yo he dicho que esos dos vicios, tan estrecha e íntimamente ligados, son los que tenemos que combatir con toda la fuerza y el valor cívico, pero no quedándonos con la conformidad de ver presa a una figura tan detestable como la anterior vicepresidenta, sino entendiendo que, acaso con menos cinismo e indolencia pero no mesura, todos han participado de ese perverso juego de volverse millonarios a costillas de las necesidades del pueblo.

Si los malos se están organizando y reagrupando, es bueno que los ciudadanos que ansían una Patria distinta hagan lo propio.

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