Lic. Douglas Abadia C.
douglas.abadiagmail.com
Con base en mi experiencia en la administración pública, pasando una buena cantidad de años en diferentes posiciones e instituciones, puedo afirmar que el presupuesto asignado a la mayoría de instituciones públicas no se ejecuta en un buen porcentaje, y por supuesto que no se da una ejecución de calidad del gasto público.
En nuestro país continúan existiendo caudillos y de a pequeños pasos hemos ido consolidando la participación de actores de sociedad civil en diferentes temáticas que han coadyuvado en la persecución del anhelado bien común.
Además de manera incipiente van creándose redes de interés comunes que han creado comunidades virtuales que van apoyando a través de una serie de actores de diversa índole al gobierno compartiendo responsabilidades, costos, beneficios, etc.
La ciudadanía guatemalteca se ha ido organizando para poder ser un actor que coadyuven en la generación del bien común; cabe resaltar la necesidad de capacitarles en todo el sentido pues nuestra sociedad civil es reflejo de la realidad política nacional.
En el caso de la nueva gerencia pública, considero que en Guatemala el debate público gira en torno al tema de recursos financieros, estamos aún en la etapa de creer que a mayor captación de fondos, mayores acciones gubernamentales enfocadas en alcanzar sus múltiples objetivos.
Cabe mencionar que el presupuesto general de ingresos y egresos del Estado en su mayoría es consumido en funcionamiento y en poca inversión pública; esto nos indica de cómo ha sido el proceder tradicional gubernamental.
El gobierno siempre se ha caracterizado por una inapropiada coordinación y cooperación a lo largo de su historia, por lo regular existen dentro de sus estructuras unidades a nivel público en las diferentes instituciones públicas que duplican esfuerzos y tareas bajo un mismo fin.
Se deben de realizar análisis exhaustivos acerca del mapeo de actores en sus diferentes gamas para poder realizar arreglos institucionales que propicien alianzas estratégicas que mejoren los procesos y sean enfocadas las acciones hacia un mismo esfuerzo. Lamentablemente lo que ha existido a nivel tradicional en nuestro país han sido alianzas perversas que lo que buscan son satisfacer sus propios intereses en detrimento del bienestar común.
Lamentablemente a lo largo de la historia democrática de Guatemala hemos podido observar un divorcio entre el gobierno y la sociedad civil. El Estado de Guatemala y su gobierno deben de modernizarse para implementar modelos eficientes y eficaces que permitan optimizar recursos y que posean alto impacto e incidencia.
Finalmente, considero que el camino hacia una Reforma del Estado guatemalteco es inevitable, el éxito radicará en la inclusión de los diferentes actores que puedan darle viabilidad a dicha reforma estatal de carácter urgente, el dinamismo social demanda una modernización estatal.