Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“La protesta de los pobres la escucha hasta Dios, pero no llega al oído del hombre.”
Félecité De Lamennais

Lo peor que le puede suceder a una persona, en nuestra dantesca politiquería, estriba en que, con la utilización de las redes sociales, autoerigirse en un, o una crítica del sistema, más aún de un estrato del mismo, y denunciar constantemente las falencias que son muchas, abogar por cambios justificados, y posteriormente aceptar ser parte de un gobierno cuestionado por la misma persona, porque todas sus palabras, inminentemente regresarán cual brasas que le quemarán.

Le sucedió en su momento a Ricardo Sagastume, cuando pedía la renuncia de Pérez Molina, y posteriormente aceptó la cartera de Ministerio de Economía, naturalmente por ser una persona pública, y con un andar en la vida nacional, sus críticos fueron feroces, y ni los medios de comunicación le preguntaron por qué aceptó dicho encargo.

En el actual gobierno, sin terminar el primer año de su gestión, un personaje más conocido en las redes sociales, que por su andar ciudadano, sin aportaciones mayores visibles, pero con un discurso crítico hacia la Cartera de Salud, saltó a la palestra nacional por ser nombrada Ministra de Salud, situación ésta que no recibió mayores críticas, más aún se comenta (rumores) que fue propuesta por el Grupo Semilla, probablemente por ser sobrina de quien es, la prensa ha sido benevolente con ella, pero esta situación, no significa que como funcionaria pública, no se evalúe su trabajo, y naturalmente sus declaraciones.

La Ministra, se queja en una entrevista, que se dijo que se iba a hacer brujería en los Centros de Salud, y que ella es una chamana, sus declaraciones mismas son las que han hablado por ella, por ejemplo, el 16 de agosto en Soy 502, se informó que ella decidió que: “Los Centros de Salud del país comenzarán a tratar las enfermedades naturales como: debilidad en la sangre, caída de mollera, ruptura del equilibrio; las enfermedades sobrenaturales tales como: pérdida del alma, malhechos; y los padecimientos: chipe, susto, flujo, y mal de ojo, entre otros.” Naturalmente de una científica no se esperaría gastar los recursos del Ministerio en semejantes menesteres, aunque esas enfermedades son reconocidas por nuestros ancestros, perdone señora Ministra, en un Ministerio es inaceptable curar dichos “males”, cuando el 50% de nuestros niños sufren desnutrición crónica, en Chimaltenango han fallecido 192 recién nacidos, por lo que no existe coherencia en lo que el país necesita y como usted visualiza la solución de un problema endémico en el país como lo es la salud.

En relación a lo de chamana, no sé quién se lo dijo, pero seguramente se equivocó, ya que el chamán, es un ser privilegiado, según algunas culturas, que tiene contacto con los espíritus, además de la potestad de sanar las dolencias, así como ciertas habilidades adivinatorias, cualidades que es de dudarse que ella posea.

Además de sus errores como Ministra en funciones, tratándose de una cartera tan importante como lo es Salud, su máximo resbalón político, lo constituye haber sido firmante del polémico y aberrante decreto gubernativo 5-2016, en el que se estableció el Estado de Prevención en el país, restringiéndose garantías constitucionales tan importantes como la libertad de locomoción y de acción, derecho de huelga pero, asimismo, dejaba libertad absoluta para la compra de bienes y servicios eludiendo la Ley de Contrataciones del Estado, y la flamante Ministra al igual que los demás firmó esa mamarrachada jurídica sin inmutarse.

Otro gran error es haber  expresado que negociaría con los sindicatos del Ministerio a su cargo un apoyo a la reforma fiscal, que no era más que un aumento a los impuestos y que nació muerta, sin embargo, lo más fácil para ella, fue que subieran los tributos que siempre pagamos los mismos, con al objetivo de obtener una ampliación del presupuesto de la cartera que dirige.

Es una pena ajena, que en una cartera tan importante se llegue a improvisar y victimizarse.

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